El francés marcó y fue constante la sensación de peligro que generó
Si hubo un jugador que se libró de la quema en el Clásico, ese fue Mbappé. El francés anotó un golazo, provocó una expulsión y no dejó de generar peligro. Confirmaba así la mejoría que venía mostrando y que quería seguir refrendándolo ante el Celta. Y no tardó mucho en demostrar que iba a seguir por esa misma senda que viene transitando en las últimas semanas.
Cada vez que recibe el balón y está cerca del área rival, la sensación de peligro y de que algo va a pasar es constante. Pero porque no deja de buscar a sus compañeros, de tirar desmarques y de intentar aportar alguna solución a quien tiene el balón en los pies. Sin duda entiende lo que el partido necesita y eso es algo que el equipo empieza a beneficiarse de ello.
Pero para rubricar su gran primera parte le faltaba algo y llegó en el tramo final. Fue en un contragolpe tras una acción peligrosa del Celta, en la que Ceballos lanzó un balón en larga, la recibió Kylian en el centro y arrancó con toda la potencia que le caracteriza. Su defensor no le pudo frenar, se quedó atrás y terminó batiendo al arquero con una gran definición.
El galo volvía a ser determinante para el Real Madrid anotando el primer gol y siendo el jugador que más peligro estaba generando. Es cierto que no había tenido muchas oportunidades durante los primeros 45 minutos, pero acertó con la que tuvo y eso desequilibraba el marcado y permitía encarar la segunda mitad con más tranquilidad pero sin confiarse.
En la segunda mitad iba a encontrar en Vinicius y Brahim sus mejores aliados. Vio el desmarque del malagueño para filtrarle el pase que acabaría en el segundo gol del Real Madrid. Y es que la visión de juego del galo es algo que no se suele destacar, empañada por sus enormes cualidades, pero sin duda le hace ser un jugador más desequilibrante y peligroso.
No disparó más entre los 3 palos, pero en los segundos 45 minutos dejó un recital de recursos demostrando que no solo es un jugador que tenga arrancadas potentes y mucho olfato goleador. Ancelotti le ha sabido encontrar su sitio y otro partido más dejó patente que sigue con su mejoría, siendo un gran quebradero de cabeza para la defensa céltica
Al final dejó el terreno de juego para dar entrada a Endrick, pero la gran ovación que se llevó del Bernabéu demuestra que las malas sensaciones del inicio de temporada ya han quedado atrás. Está empezando a sacar a relucir el tarro de las esencias y eso es una gran noticia para el Real Madrid.
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