Aunque pudiera parecer lo contrario, especialmente, por la fama de entrenador poco dado a las alegrías, Juande Ramos ha devuelto la sonrisa al Real Madrid. El técnico manchego ha sabido unir adecuadamente sus piezas, y las malas caras han dado paso a las sonrisas, juegos y alegría.
La norma de dobles sesiones de entrenamiento, lejos de enfuruñar a unos jugadores poco acostumbrados a ello en etapas venideras, ha provocado una conjunción y un compañerismo que recuerda a las mejores épocas de Capello y Schuster. Con el alemán la relación era normal. Es más, Manolo Ruíz tenía que ejercer en muchas ocasiones de voz autorizada dentro del vestuario porque Schuster era muy poco dado a las palabras como solía demostrar, de manera exponencial además, en las ruedas de prensa.
Hasta el momento, Juande ha recuperado al mejor Casillas, al mejor ambiente de equipo y las victorias. Tres mini triunfos para el manchego que acercan al Real Madrid a su verdadero objetivo a final de temporada, que no es otro que la consecución de títulos.
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