Juande Ramos, ejemplo de "líder silencioso"

Según el psicólogo José Carrascosa





"A ver cuándo se dan cuenta los directivos que el entrenador mediático suele ser poco generoso con el equipo y que el líder silencioso es mucho más fiable para conducir un equipo. Juande y Abel tienen muy claro que el protagonista ha de ser el equipo. Son generosos con el equipo porque saben que éste acabará siéndolo con ellos", afirma el psicólogo en su página web.

Carrascosa, que a lo largo de sus 15 años de experiencia en el fútbol, ha trabajado con ambos entrenadores en el Levante, subraya que son "ganadores, otorgan todo el protagonismo al equipo y saben crear climas de rendimiento".

Coincidió con Juande Ramos en el Levante UD hace catorce temporadas y con Abel Resino en el mismo equipo hace dos años, cuando estaba en primera divisióno. "Parecía condenado al descenso, pero superó una racha de nueve partidos sin ganar y acabó ganando a rivales directos, logrando la permanencia antes del último partido", recuerda.

"Muchos entrenadores sufren en silencio"


Carrascosa observa que muchos entrenadores "sufren en silencio su profesión, mediatizados por la obligación de obtener buenos resultados. Aunque hablan de ganar, sus hechos trasmiten el temor a perder. Viven los partidos con mucho nerviosismo, que acaban trasladándolo al equipo".

Por el contrario, otros "piensan y sienten sólo en ganar, se muestran ambiciosos, ilusionados, contagian confianza, creen que pueden superar a cualquier rival. Ponen énfasis en el trabajo bien hecho, dan importancia al propio trabajo más que al del rival. En los momentos de máxima exigencia o dificultad se les nota a gusto, tranquilos, activan la adrenalina del equipo, contagian su fuerza y ambición".

Juande Ramos y Abel Resino se encuentran en este último grupo, a su juicio. Además, no se sienten "los jefes del equipo", pertenecen al grupo de "los que piensan que el auténtico jefe, no es el presidente ni el entrenador, sino el equipo". "Bastantes entrenadores", añade, "se conducen por lograr su éxito personal, por dar satisfacción a su ego, por ser los auténticos protagonistas. Entonces el equipo sufre sus estados de ánimo. Se les nota demasiado alegres cuando están contentos en las victorias y demasiado enfadados tras las derrotas. No se cortan en polemizar e ignoran que las polémicas acaban afectando al equilibrio del equipo".

Juande Ramos y Abel Resino, asegura, "se sitúan entre los entrenadores españoles que mejor manejan la psicología individual y colectiva en relación al rendimiento. Crean climas que invitan al rendimiento".