Las remontadas dan fuerza a los de Plaza

La última, ante el Cajasol





El ejemplo más significativo, por ser el más reciente, ha tenido lugar en casa del Cajasol, colista de la competición nacional. Los blancos salieron sonrientes del Pabellón San Pablo después de sufrir durante cincuenta minutos. Es decir, después de dos prórrogas. El 92-95 construido sobre los cimientos de la lucha constante -una cualidad innata al club- y a la bravura de la actual plantilla, les ha llevado a la tercera posición de la tabla.

Una remontada y una consecuencia directa inmediata. Así puede trazarse el esquema de las reacciones protagonizadas hasta ahora por los madridistas, que abrieron el capítulo de las recuperaciones aparentemente imposible el pasado noviembre, cuando Joan Plaza empezaba a ser cuestionado. Nadie se paró a preguntarle lo que ocurría, pero la planificación de la temporada diseñada por los técnicos del Real Madrid preveía un incremento de la intensidad paulatino para alcanzar el mejor momento de rendimiento en los momentos vitales del curso.

Plaza alejó fantasmas en el Palacio Olímpico gracias a un parcial de 0-20 en los últimos siete minutos de partido (68-79). La remontada en una pista de tanto prestigio quedó atrás hasta que el Madrid tuvo que afrontar la visita a la pista del Panionios griego en la Euroliga. En medio también había tenido que salir del agujero en el fuedo del Armani Jeans Milano, que cedió merced a una serie de 8-16 en la recta final del choque (70-69).

Los madrileños perdieron por 68-66 contra el Panionios. Sin embargo, rozaron una de las mayores resurrecciones de la moderna Euroliga. En el tercer cuarto los locales dominaban por veinticinco puntos (50-25 m.24) y acabaron pidiendo la hora. El Madrid dispuso de cuatro lanzamientos para haber resuelto a su favor en la última posesión. Sólo la faltó la guinda para enterrar una mala noche a los pies del Partenón.


La recuperación más importante se vivió en Moscú

Pasó el mal trago de Milán rumió el borrón de Atenas y, en la siguiente cita europea, un triple del croata Marko Tomas salvó la cita con el Partizan serbio en Vistalegre (68-67). No obstante, la recuperación que, probablemente, mayor efecto ha causado en las mentes y la evolución del equipo de Plaza sucedió una semana después: la que le llevó a la victoria en el Universal Hall de Moscú contra el CSKA, actual campeón de la Euroliga.

El acierto en los tiros libres de Felipe Reyes (nueve de diez en el último cuarto), los oportunos triples de Alex Mumbrú (tres de cuatro) y la constancia para no venirse abajo ante los arreones rusos reforzaron la convicción del conjunto español en sus posibilidades dentro de la Euroliga y, por extensión, de la ACB. Poco a poco, el Madrid ha ido cogiendo cuerpo en esas citas, que han dejado en el olvido malos partidos en pistas de relumbrón, así como problemas en recintos menos previsibles, caso del pabellón del Bruesa GBC, que resistió hasta la prórroga en terreno madridista. (110-100).

Ahora bien, lo llamativo es que las tres comparecencias más recientes del bloque capitalino han supuesto otras tantas remontadas. Contra el Barcelona en la primera jornada de la segunda fase europea (85-83), en Berlín el jueves pasado, donde limó una diferencia de diecinueve puntos (48-29 m.19) para llevarse el asalto por 84-87. El último episodio de las ascensiones blancas se ha gestado en casa del Cajasol (92-95) y después de dos prórrogas. Otro resultado importante porque ha llevado al Madrid, que lidera su grupo de la Euroliga en la segunda fase, a la tercera plaza de la ACB.