Otro naufragio europeo

1-0: Un pésimo Real Madrid se estrella ante un mediocre Liverpool. Benítez ni siquiera se vio en la necesidad de utilizar a Gerrard. Benayoun marcó el único gol de un lamentable partido





 

Real Madrid: Casillas; Sergio Ramos, Pepe, Cannavaro, Heinze; Robben, Lass, Gago, Marcelo (Guti, 46’); Higuaín y Raúl.

Liverpool: Reina; Arbeloa, Carragher, Skrtel, Fabio Aurelio; Mascherano, Xabi Alonso; Banayoun, Kuyt (Lucas Leiva, 92’), Riera (Gerrard, 88’); y Torres (Babel, 62’).

Gol: 1-0 Benayoun (82’).

Árbitro: Rosetti (Italia). Tarjeta amarilla para Cannavaro (47’), Torres (56’), Mascherano (67’), Riera (83’) y Gago (87’).

Incidencias: Estadio Santiago Bernabéu. Lleno absoluto.
 


Durante los primeros 45 minutos, Real Madrid y Liverpool se preocuparon más de no dejar jugar que de buscar el área contraria. Era señal inequívoca del mucho respeto que se tenían. O de miedo, que quizá sea la palabra más adecuada. Y eso que el partido comenzó bien para los blancos, con un excelente pase de Robben al punto de penalti, donde recibió Raúl. Pero poco pudo hacer el capitán con su pierna derecha para inquietar a Reina. Fue la mejor ocasión en todo el primer periodo para el equipo de Juande, salvo que contabilicemos también un mal despeje de Riera, en el penúltimo minuto, que estuvo a punto de marcar en propia puerta. Lo evitó Reina, atento a la posible pifia de su compañero.

El Liverpool, la verdad sea dicha, no hizo mucho más, salvo un disparo de Torres que Casillas envió a córner (lo único destacado que hizo el delantero español en la hora larga en la que estuvo sobre el césped) y una parábola desde el círculo central con la que Xabi Alonso, en el último minuto, quiso sorprender a un adelantado Casillas (y a punto estuvo de conseguirlo).

Guti por Marcelo

La segunda mitad transcurrió por los mismos derroteros. El cambio de Guti por Marcelo no aclaró el panorama. Antes al contrario, al cegar una de las dos bandas (Robben simultaneaba tras la salida de Marcelo), Juande facilitó la tarea de contención del Liverpool, al que el empate a cero le iba bien pensando en el partido de vuelta.

Un disparo de Robben desde fuera del área (minuto 71), despejado como buenamente pudo por Reina, fue el canto del cisne de los madridistas en este despropósito del partido. Remató Heinze la aciaga noche con una estúpida y absurda falta al borde del área. Botada por Fabio Aurelio, fue cómodamente cabeceada al fondo de la red por Benayoun, al que no marcaba absolutamente nadie.

El sueño europeo se desvanece. La maldición de los octavos de final se cierne de nuevo, por quinto año consecutivo. Toca milagro. O centrarse exclusivamente en la Liga, que tal vez sea lo mejor.