Debutó con el Madrid en el primer partido que pudo y de titular, tras el descanso de navidades, contra el Villarreal. Aquella tarde, Higuaín no pudo estar por lesión, y en cuanto se recuperó, Juande Ramos decidió relegar a Huntelaar al banquillo, donde se mantuvo durante los cinco partidos siguientes.
Sumando minutos de veinte en veinte aproximadamente, el delantero tulipán pasaba desapercibido para propios y extraños, pero en cuanto el entrenador madridista le dio una nueva oportunidad como titular, Huntelaar no la desperdició. Ante el Sporting debutó como goleador, y tras eso, consiguió sumar hasta ocho goles en los seis partidos tras el de El Molinón, lo que le sirvió para ocupar las portadas de todos los medios deportivos del país.
Tras esta magnífica racha, su último gol fue ante el Almería en el Santiago Bernabéu, y desde aquella tarde previa a las vacaciones de Semana Santa, Klaas no ha vuelto a mojar... ni a jugar regularmente tampoco. Y es que en los cuatro partidos tras el del regreso de Hugo Sánchez al coliseo merengue, sólo en uno jugó los noventa minutos, y en el resto fue sustituido alrededor del minuto 60. Un viaje cuesta abajo que ha terminado con el holandés poco menos que relegado al ostracismo en los últimos tres partidos. Ante Sevilla y Barcelona fue suplente, jugando apenas 25 minutos en cada uno de ellos, y el sábado ante el Valencia Huntelaar no sólo volvió a repetir en el banquillo, sino que Juande decidió que ni siquiera pisara el verde de Mestalla.
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