El que sí que destacó por encima de otros fue Granero, que sorpresivamente llevaba el '23' de Van der Vaart, un jugador en la bandeja de salida pero aún en la plantilla. Entró al campo en el minuto 75 de encuentro, y la afición del Santiago Bernabéu le acogió como si fuera un 'galáctico' más: rompió a aplaudir con su entrada y, durante sus primeros instantes, ovacionaba al canterano cada vez que éste tocaba el balón. E incluso corearon su nombre cuando estrelló el balón en el larguero de la meta árabe.
Tras el partido, el jugador merengue se mostró muy contento y agradecido por el recibimiento. "Es el día más feliz de mi vida. Agradezco el apoyo a la afición por cómo me ha recibido. Jugar en este estadio vistiendo la camiseta blanca es el sueño para cualquiera y más para un canterano".
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