Tras un verano muy largo en cuanto a lo personal, Álvaro Negredo fichó por el Sevilla el pasado 21 de agosto. En ese momento, la noticia supuso una sorpresa en el panorama futbolístico nacional, ya que el jugador en los días anteriores estuvo muy cerca de firmar por el Zaragoza. Sin embargo, la operación finalmente se cerró con el conjunto hispalense por un montante valorado en unos 14 millones de euros.
El vallecano, de 24 años, tiene un gran cartel en Europa tras haber jugado las dos últimas temporadas en Almería, equipo en el que marcó 32 goles en 70 partidos en Liga. Por ello, desde el club merengue se decidió que la venta del jugador al Sevilla incluiría una cláusula de recompra estipulada en 17 millones de euros. Y es que en el seno de la casa blanca se ve al jugador como un estupendo recambio de Raúl a medio plazo.
La gran ventaja de este poderoso ariete es que procede de la cantera merengue, ya que entre el 2005 y el 2007 estuvo liderando al Real Madrid Castilla en Segunda División. En el filial madridista demostró su gran olfato goleador, lo que le valió su primer gran contrato en Almería y su posterior revalorización que lo ha impulsado a Sevilla, con probable destino final hacia Madrid.
Un regreso con mal recibimiento
El caso de Sergio Ramos es inverso y muy diferente al de Negredo. El de Camas debutó en Primera con el Sevilla en febrero de 2004, con 17 años. Su gran calidad técnica, polivalencia y fortaleza física pronto crearon el interés de los grandes equipos del país; de manera que tras temporada y media en el equipo de Nervión, el sevillano volaba con destino al Real Madrid.
Un total de 27 millones tuvieron la culpa de que Ramos llegase al Bernabéu de la mano de Florentino Pérez, y desde entonces el sevillano se ha convertido en uno de los grandes referentes del Madrid y de la selección española. Su última temporada no ha sido la mejor en el equipo blanco, pero en el comienzo de ésta parece que Ramos ha superado su reciente lesión y está volviendo por sus fueros. El domingo tendrá una nueva ocasión para demostrarlo, esta vez ante el público del Sánchez Pizjuán, aquél que no le perdona su pronta salida del club, justo cuando estaba predestinado a marcar una época en el equipo hispalense.
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