Corría el 15 de octubre de 1997 cuando el joven Raúl, de 20 años, recibía escorado de Seedorf un balón en el pico del área rival. Su cuerpo estaba mal posicionado para encarar directamente al arco, por lo que parecía improbable que se plantease la posibilidad de lanzar a puerta. Sin embargo, el delantero merengue sorprendía a todos al picar la pelota con el exterior de su zurda y crear una bonita vaselina que superaba al entonces portero asturiano Ablanedo.
El tanto suponía el 0-2 definitivo en el marcador y cerraba la victoria merengue de la mejor manera. Con él, Raúl dejaba para la historia uno de los mejores goles de su carrera, si bien no era más que el comienzo de una carrera fulgurante que ayudaría al club a reconquistar la Copa de Europa.
Ahora, doce años después, el capitán merengue puede presumir de tener a El Molinón como uno de sus campos favoritos a la hora de marcar goles, ya que la temporada pasada anotó dos más para el 0-4 definitivo. Así que, con un equipo mermado en ataque, el "7" blanco es un seguro de gol para la visita madridista del sábado a Gijón.
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