Manuel Pellegrini y Jorge Valdano han sido los principales valedores de un jugador al que las lesiones no le han permitido destacar en el Real Madrid. A su excelsa educación y su aclimatación a la vida y costumbres españolas, hay que sumarle unas cualidades futbolísticas que están fuera de toda duda. Un habitual de las convocatorias alemanas, es con su selección donde ha logrado sus mayores éxitos, ya que con ellos ha logrado un subcampeonato en el Mundial de Corea y Japón y en la Eurocopa de Austria y Suiza, y semifinalista en la Copa del Mundo de 2006.
Con este palmarés internacional, que sería la envidia del 95 por ciento de los futbolistas, el Madrid de Ramón Calderón y Pedja Mijatovic se decidieron por su fichaje una vez que el jugador decidiera no renovar con su equipo de toda la vida, el Borussia Dortmund. Fichado, por tanto, a coste cero, no ha tenido la oportunidad de consolidarse como titular o bien por las lesiones o bien por la falta de confianza de algunos de los entrenadores que ha tenido la Casa Blanca en estos últimos dos años (veáse Bernd Schuster).
Esta temporada parecía que iba a cambiar su situación. Tras las salidas de Cannavaro y Heinze, parecía que el teutón se iba a consolidar como tercer central del equipo tras Pepe y el recien fichado Raúl Albiol. Incluso la sanción del portugués le iba a permitir ser titular en las cuatro primeras jornadas de Liga. Pero sus continuas lesiones en estos dos primeros meses de competición sólo le han permitido jugar un partido (ante el Espanyol el 12 de septiembre), y su compañero hoy en la zaga, Garay, le ha ganado la partido como alternativa a la pareja titular de centrales.
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