Una mancha negra en la historia blanca

El conjunto blanco fue desarmado en la primera parte por un conjunto de Segunda B que le bailó y se marchó al descanso con 3-0. En la segunda mitad el Madrid no solo no reaccionó sino que encima encajó un gol más.






Tantos millones sobre la mesa no sirvieron para mejorar un estado que parece perpetuarse en los últimos tiempos en el Real Madrid. A veces, el dinero no da la felicidad, como demostró el Alcorcón, un club con un presupuesto 400 veces menor que su rival. Y es que no ha habido que esperar mucho tiempo para ver de nuevo la peor cara del Real Madrid. Incapaz de marcar en Gijón en la último partido de Liga y sin demasiados argumentos para vencer al Milán, un equipo de veteranos, los hombres de Manuel Pellegrini aterrizaron en Alcorcón con el objetivo de dar un puñetazo sobre la mesa y acabar con las primeras dudas de la temporada.

Pero éstas no se disiparon. Sin Cristiano Ronaldo, parece que el asunto no carbura. Todo depende de acciones concretas, de hechos aislados, de jugadores decisivos. Y sin el portugués, y, sobre todo, con un esquema que no parecen comprender demasiado los jugadores blancos, la Copa, competición gafe desde hace tiempo, no era el mejor torneo para arreglar desaguisados. Enfrente estaba el Alcorcón, un equipo que mostró a Pellegrini algunos de los conceptos básicos del fútbol y que casi siempre funcionan. El Real Madrid carece de bandas. Los laterales son islotes que suben sin compañía. Todo el juego pasa por el centro. Con esa táctica, en la que insiste Pellegrini, los blancos fueron desarmados por su rival, un auténtico vendaval en la primera parte.

Royston Drenthe fue el que más sufrió esos achaques. Ubicado en el lateral izquierdo de la zaga, el holandés constantemente tenía que intentar parar el incómodo dos contra uno. Por su banda llegó todo el peligro local. Y por su banda llegaron los tres primeros goles. El primero, de Borja, el quinto que le marca al Real Madrid. Antes, lo hizo con el Alicante y con el Leganés. Aún tendría pólvora para hacer el sexto. Después, fue Álvaro Arbeloa, que en propia meta introdujo el balón en la portería defendida por Dudek. El centro, llegó desde la banda defendida por Drenthe, vendido una y otra vez. Para culminar la primera parte, Ernesto se unió a la fiesta amarilla gracias a un gol de ratón. De nuevo, el tanto llegó por la banda derecha del equipo del sur de Madrid.

- Ficha técnica:

4. Alcorcón: Juanma; Rubén Sanz, Iñigo López, Borja Gómez, Nagore; Rubén Sanz; Ernesto Gómez (Jeremy, min.65), Sergio Mora, Fernando Bejar (Carmelo, min. 75); Diego Cascó y Borja Pérez (Bravo, min.82).

0. Real Madrid: Dudek; Arbeloa, Albiol, Metzelder, Drenthe; Mahamadou Diarra, Guti (Gago, min,46), Van der Vaart; Granero (Marcelo, min.63); Raúl (Van Nistelrooy, min. 72) y Benzema.

Goles: 1-0, min 16: Borja; 2-0, min: 22: Arbeloa en propia meta. 3-0, min, 40: Ernesto. 4-0, min 52: Borja.

Árbitro: Turienzo Álvarez (colegio castellano-leonés). Mostró cartulina amarilla a Guti (min. 44) por parte visitante.

Incidencias: Partido correspondiente a los dieciseisavos de final de la Copa del Rey, disputado en el estadio Santo Domingo de Alcorcón ante cerca de 7.000 espectadores.

RAÚL, GRANERO, BENZEMA Y VAN NISTELROOY TUVIERON OCASIONES CLARAS

Entre medias, el Real Madrid tuvo sus ocasiones, fruto de arreones esporádicos. Raúl González, Esteban Granero y Karim Benzemá tuvieron tres claras, pero no era el día. Era el momento del Alcorcón. Premonitorias fueron las palabras que una vez dijo el artista Andy Warhol. "En el futuro, todos tendremos quince minutos de fama". El Alcorcón tuvo el triple. Fueron 45, que pudieron redondearse con un cuarto tanto si el palo no hubiera repelido un remate de cabeza de Béjar. En la reanudación todavía hubo tiempo para un último empujón del Alcorcón, que gastó sus últimos cartuchos de gasolina para marcar el otro. De nuevo, Borja, que aprovechó un error defensivo, batió a Dudek por bajo. Fue el final del conjunto amarillo, que, desfondado, aplicó su tiempo a resistir un marcador histórico.

Mientras, Pellegrini, había quitado a Guti en el descanso para dar salida a Fernando Gago. El canterano del Real Madrid tenía pinta de poder irse a la ducha expulsado. Ya tenía una amarilla y comenzaba a mostrar malas sensaciones, aquellas que a veces exhibe cuando las cosas no salen bien. Con el argentino sobre el campo la situación no cambió demasiado. El Real Madrid asedió sin orden ni coherencia la portería defendida por Juanma, que veía impasible cómo sus compañeros estaban sin fuelle. Así transcurrió casi todo el segundo acto. Sólo hubo un sobresalto más. Ruud Van Nistelrooy mandó una pelota al poste. Con tristeza, indolencia, y con una sensación de ridículo inimaginable en verano, con las megapresentaciones millonarias en el Santiago Bernabéu, el Alcorcón demostró que en el fútbol, el dinero, a veces, no da la felicidad.