El centrocampista aterrizó en verano como el único fichaje de la administración Calderón de la temporada, lo que le puso un poco más de presión encima. Sin embargo, en las primeras semanas el '23' blanco ralló a un nivel excepcional con un gol y una asistencia en el primer partido amistoso que disputó de blanco, y con cuatro goles oficiales en Liga cuando sólo se llevaban cuatro jornadas del campeonato, incluido un hat-trick ante el Sporting de Gijón con un bello tanto de tacón. Y ese fue el punto de inflexión de Van der Vaart.
Poco después Sneijder se recuperó de la grave lesión sufrida en la Emirates Cup en agosto y a partir de ahí Rafael dejó de ser un habitual en las alineaciones de Bernd Schuster. Y encima le detectaron a su mujer un cáncer de mama que lógicamente terminó de descentrar al futbolista, hasta el punto de que este pasado verano con la nueva directiva ya al mando, Van der Vaart era uno de los que había fijos en todas las quinielas para abandonar el club blanco.
VAN DER VAART REMONTA EL VUELO EN ESTA TEMPORADA
Finalmente el '23' merengue se quedó en la disciplina madridista y, aunque al principio no parecía contar mucho en los planes de Manuel Pellegrini, poco a poco está cada vez más integrado en el equipo. "Estoy con mucha hambre de jugar todo lo que pueda. Estoy luchando cada día para demostrar mis cualidades" confiesa un Van der Vaart que ante el Alcorcón demostró que puede aportar muchas cosas a este Real Madrid que tan atascado se muestra más habitualmente de lo que debiera.
Pero no sólo en lo deportivo parece que Rafael va tomando aire, sino que en el ámbito personal también mejora su situación. Porque según se anuncia en su web oficial, su mujer Sylvie "ha sido tratada del cáncer de mama este verano y la famosa holandesa ha superado la última sesión de la quimioterapia preventiva", con lo que según el comunicado, "la pareja puede mirar ahora hacia adelante". Una magnífica noticia para los Van der Vaart que seguramente tenga repercusión en la faceta más deportiva del jugador madridista.
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