El crack luso anotó el martes su tanto de falta a los cinco minutos de partido ante el Olympique de Marsella. Situado a 35 metros de la portería, Cristiano chutó el balón con una potencia brutal que provocó que el esférico cogiera un efecto imposible de detener por Mandanda. En el argot futbolístico a este cambio repentino de dirección se le llama "folha seca" y es muy difícil de conseguir porque requiere de un golpeo muy localizado y con mucha fuerza.
En cuanto a Messi, el argentino convirtió su falta en los últimos minutos del Dinamo de Kiev-Barcelona. El punto de lanzamiento se situó a algo menos de 20 metros de la portería y estaba algo más escorado que el de Cristiano Ronaldo, de manera que el habilidoso jugador prefirió usar la colocación a la potencia. Así, la pelota se estrelló primero en el larguero para botar luego suavemente en el interior de la portería, en una acción en la que el portero ucraniano quizás pudo hacer algo más.
En definitiva, fueron dos extraordinarios goles, aunque muy distintos en su concepto. Ambos representaron con fidelidad el estilo de juego de sus dos creadores, ya que el de Cristiano fue vertiginoso, impredecible y potente; mientras que el de Messi se definió por su sutileza y calidad. Como el día y la noche, como el Madrid y el Barça.
Y a usted, ¿cuál le gustó más?
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