La carrera futbolística de este portero polaco no ha sido nada fácil, ya que con apenas 18 años tuvo que compaginar el deporte con el trabajo en la mina junto a su padre. Por aquél entonces tan sólo jugaba en un equipo de Tercera División local, pues como comenta para El País, "en Polonia el fútbol es un trabajo más, mientras que en España el fútbol también es cantera".
Curiosamente, comenta que aunque su sueño era ser futbolista, llegó a convencerse de que no estaba preparado para ello. Pero su primera temporada jugando en el equipo local del Sókol le permitió fichar por el Feyenoord de Rotterdam, donde se consagró definitivamente al ganar la Liga y la Supercopa holandesa de 1999. De ahí, al Liverpool y a ser el héroe de la final de la Liga de Campeones de 2005, donde le paró dos penaltis al Milan en la tanda final.
Ahora apura sus días como jugador en el Real Madrid, un club en el que afirma que "sabía dónde venía". Aunque eso sí, esto no quita para que pensara que iba a jugar algo más, ya que en tres temporadas ha disputado sólo 10 partidos oficiales. "Te aburres y no es fácil, pero piensas que la temporada siguiente va a ser mejor..." comenta.
Aún así, el polaco señala que "puede parecer que no, pero yo sigo disfrutando del fútbol, me gusta entrenarme. Me encuentro ágil todavía, mi cuerpo responde y me respeta. Lo que sí hago todos los días cuando termina el entrenamiento es pasarme por el gimnasio. Necesito hacer más para irme satisfecho a casa". Incluso afirma que está preparado mentalmente para asumir la suplencia, ya que el plus diario se lo da "el trabajo". Y de Casillas destaca "su personalidad", aunque también añade que es mejor que Casillas "en algunas cosas", pero sin llegar a matizarlas.
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