De esta forma, a Pellegrini no le queda otra que hacer malabarismos para recomponer una defensa que está siendo una línea especialmente castigada en los últimos meses. El puzzle en el que se puede convertir su decisión final de cara al choque ante el Zaragoza tiene muchas piezas, pero sólo serán cuatros los elegidos.
La presencia de Albiol marcará buena parte de los movimientos. Si el valenciano está finalmente disponible, los retoques serían mínimos, ya que junto a él se situarían Sergio Ramos, Garay y Arbeloa. El gran movimiento en forma de castillo de naipes vendría dado por una posible ausencia del propio Albiol. Si sus molestias le impidieran jugar, Pellegrini tendría que pasar a Sergio Ramos al eje de la defensa, desplazar a Arbeloa a su posición natural, la de lateral derecho, y retrasar a Marcelo al lateral zurdo.
La opción de ver a Metlzelder como titular está prácticamente descartada. En primer lugar, porque en su última actuación en Alcorcón, Pellegrini quedó disconforme con su rendimiento y, en segundo, porque acaba de salir de una lesión y comenzar desde el inicio no sería lo más conveniente médicamente hablando.
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