El Madrid aspira a ser líder en el Pamplona

Pellegrini mantendrá el sistema que tan buenos resultados le dio en los últimos choques del 2009. Camacho, al frente de Osasuna, pondrá el morbo. Los blancos deben dar la cara ante una de las aficiones más calientes de España.





El antiguo Sadar, actual Reyno de Navarra, es una de las plazas más complicadas ambientalmente hablando para el Real Madrid. Una ciudad tradicionalmente taurina que, siempre que puede, envía al Madrid al matadero. La suerte para los blancos es que tienen toreros de sobra, no sólo para hacer una buena faena, sino para salir a hombros. Será por capotes.

FICHA TÉCNICA:

OSASUNA: Ricardo; Azpilicueta, Roversio, Miguel Flaño, Monreal; Juanfran, Puñal, Nekounam, Camuñas; Pandiani y Aranda.

REAL MADRID: Iker Casillas; Sergio Ramos, Garay, Albiol, Arbeloa; 'Lass', Xabi Alonso, Marcelo; Van der Vaart, Cristiano Ronaldo e Higuaín.


ÁRBITRO: Mateu Lahoz (Comité Valenciano).

ESTADIO: Reyno de Navarra (21.00 Canal )

El turbulento 2009 dejó un final de año esperanzador para el Madrid. Pellegrini se dejó de experimentos, y empezó a sacar a los mejores. Al chileno le pudo, al principio, la obsesión por las rotaciones, sin embargo, se dio cuenta de que con el sistema de infinitos delanteros y sin velocidad arriba su cargo corría peligro. Por suerte para el madridismo y para él mismo, rectificó. Tres centrocampistas, un mediapunta, un abarcador de todo (Ronaldo) y un delantero veloz fueron las armas que Pellegrini presentó para amarrar su trasero al banco. Algo que mantendrá por empirismo.

Camacho, un madridista con ganas de revancha

Osasuna, sin embargo, no se dejará torear tan fácilmente. Con dos pitones bien puestos en forma de afición y entrega, los de Pamplona engordan cada vez que el Madrid se acerca por su casa. Por si esto fuera poco, la morbosa presencia en el banquillo local del guerrero Camacho dará más sangre roja a los de la camiseta colorada. Color que, esperemos, no se reproduzca sobre la cabeza o las piernas madridistas. Será la mejor de las señales.

La trayectoria blanca en los últimos partidos previos a la toma de las uvas de fin de año trajo consigo la mejoría en el juego que el madridismo llevaba solicitando desde que Florentino sacó a pasear la chequera por media Europa este verano. La misma que, en campos de pasión y garra como Pamplona, debe sacar a relucir el traje de luces. Ese que el Madrid parece recuperar. El mismo que haga olvidar el mono azul manchado de yeso de los últimos años.