Las cifras del futbolista se sitúan ahora en siete goles en 18 partidos de Liga disputados, más otro tanto en en los cuatro encuentros jugados en la Champions League. Y de los anotados en Liga (uno ante el Xerez, dos ante el Tenerife, uno ante el Almería, otro ante el Zaragoza) todos habían ocurrido ante el amparo del Santiago Bernabéu, un campo donde Karim Benzema se encuentra muy cómodo cada vez que juega.
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No cabe duda de que el francés está atrevesando un periodo de adaptación a Madrid muy complicado, de ahí que su rendimiento anotador no esté siendo tal y como se esperaba a su llegada. Sin embargo, sus estadísticas en el feudo merengue distantan de ser malas, pero no podían servir para encubrir la timidez de Benzema cuando se aleja de casa y que ya le había hecho perder la titularidad en favor de Gonzalo Higuaín, quien, para peligro del delantero galo, se recupera poco a poco de su lesión y es cuestión de semanas que regrese a los terrenos de juego. El problema residía en que se veía a otro Karim cuando el equipo juega fuera de casa. El ariete acostumbraba a desaparecer de los encuentros disputados como visitante y tan sólo había perforado la portería rival en Milán, un campo, eso sí, de enjundia. Ni Sevilla, ni Barcelona, ni Pamplona, ni Bilbao... Benzema no ha podido inauguarar su casillero liguero a domicilio, en lo que es quizás un problema de carácter mental. A pesar de realizar buenas actuaciones como en Valencia o Bilbao el jugador no había tenido suerte hasta el momento, pues incluso ante el Athletic mandó un disparo al palo. El tiempo se le acababa a Benzema para demostrar que también merece ser titular en este equipo. De ahí su gran rendimiento en el encuentro ante los coruñeses, el cual ha culminado con dos sensaciones goles.
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