Raúl, jugador número 15

El capitán madridista cada vez goza de menos peso en el Real Madrid


Raúl entregando el brazalete de capitán




Pues, como corresponde a la que es la no anunciada recta final de su carrera deportiva, Raúl ha visto cómo su protagonismo en el Real Madrid ha sido ocupado por otros jóvenes valores más acordes con el nuevo fútbol propuesto por el también nuevo entrenador madridista. Un fútbol rápido, vertiginoso, en el que no parece tener hueco el parsimonioso oportunismo del '7'.

A su llegada al club, Manuel Pellegrini se enfrentaba a la difícil tarea, entre otras muchas, de asumir, y hacerle asumir al propio Raúl, que su papel en el equipo no podía ser el mismo que en gloriosas temporadas anteriores. Pellegrini trató de hacerlo a través de un proceso lento pero implacable y así lo reglejan sus números. Raúl jugó más minutos en las cinco primeras jornadas que en las ocho últimas. Parecía como si el técnico chileno quisiera a comienzos de temporada que Raúl se ganara su sitio, o más bien preservara, en el equipo con constantes presencias en las alineaciones. El capitán, de cuyo estado de forma nunca se podrá dudar (otra cosa es cómo lo aplique en el campo), no se perdió ni un sólo partido hasta la decimotercera jornada de Liga, y no fue por problemas físicos sino por decisión técnica. Hasta ese encuentro Raúl se encontraba entre los jugadores que más contaban para Pellegrini. Era "titularísimo". Después, el capitán perdió el barco.

Raúl es actualmente el jugador número 15 del equipo en minutos disputados en Liga (737)... y bajando. Ya le han adelantado otros que partían como suplentes, caso de Arbeloa (sexto clasificado con 1.211 minutos) o Higuaín (undécimo con 978), y no tardarán en hacerlo un revalorizado Guti (490), una auténtica rara avis, por sus cualidades futbolísticas, en este equipo, o Van der Vaart (453).

Mucho se ha hablado y se hablará del papel de Raúl en el Real Madrid. Hay quien especula que ante la falta de oportunidades optará por tomar el barco hacia aguas más exóticas, o quien considera que por encima del color blanco de la eslástica madridisra está el verde del dinero y que no se marchará del club hasta que no le paguen hasta el último euro de su cuantioso contrato. Poco importa, porque un futbolista con el hambre de títulos de Raúl, que fue el número 1, no entiene si no de conquistar nuevos retos, e incluso él mismo sabe que a pocos importará dónde terminen los días de un capitán sin barco.