Y es que este equipo, que fue refundado en 1947, tenía hasta esta campaña como mayor éxito permanecer durante 22 temporadas en la Segunda División. Un tope que el año pasado fue superado cuando el equipo consiguió el título de la categoría de plata del fútbol español, y por tanto, el ansiado ascenso a Primera. Un pasaporte que les permitía jugar en la Liga de las estrellas y de paso, disputar dos encuentros ante el Real Madrid.
En la ida el conjunto blanco solventó el encuentro con más dificultades de las esperadas, a pesar de acabar goleando 5-0. Por esto, el partido en Chapín quedaba para la segunda vuelta, y con él el debut del Real Madrid en el estadio jerezano. Un campo con capacidad para 20.523 espectadores y caracterizado por ser muy estrecho (mide 105x68 metros) y por estar rodeado por una pista olímpica.
De esta forma, no se trata de un estadio donde la afición influya demasiado a los jugadores, aunque sus pequeñas dimensiones dificulta el juego con espacios. Aún así, en lo que llevamos de temporada el Municipal de Chapín se está caracterizando por ser el terreno más asequible de la categoría, pues el Xerez tan sólo ha logrado sacar ocho puntos (dos victorias y dos empates) en once encuentros que ha jugado en su cancha. Unas estadísticas que llevan al optimismo y hacen pensar que el sábado el Real Madrid debutará a lo grande en su primera visita a Jerez.
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