Higuaín se choteó de la maldición

El argentino marcó dos goles y lideró el ataque de un Madrid que se paseó en Canarias (1-5). Ramírez Domínguez, nefasto, concedió un gol ilegal a los canarios por falta previa sobre Casillas. Raúl volvió a marcar cuatro meses después.





La Isla de la maldición se llenó de viento y de afición. No era para menos. Ocho años sin ver al Madrid lo merecían. Y eso que el Tenerife no tenía pretensiones de dejar lucirse a las estrellas madridistas. Los de Oltra salieron arriba, presionantes. A lo que diera su físico. Y poco les faltó a los locales para abrir la lata en el primer minuto de no ser por la zapatilla de Albiol que evitó el estallido del Heliodoro Rodríguez. Olía a gol aunque el valenciano puso el esparadrapo en el momento aportuno tirándose al suelo.

Cada jugador del Real Madrid se ganaba un ‘amigo’ canario a modo de sombra. No había un sólo hombre que no tuviera a un chicharrero colgado de su espalda. La duda radicaba en si el Tenerife moriría con las botas puestas o caería por agotamiento. La realidad fue una mezcla de ambas. 77 días después Gonzalo Higuaín vio puerta lejos del Bernabéu. Y lo logró haciendo bueno un pase de ese defensa con cuerpo de delantero llamado Marcelo. La definición fue coser y cantar: cruzado y con la izquierda. Apuntando a sus críticos.

Volvió San Iker y un árbitro malo

Volviendo a los buenos tiempos, Casillas tuvo que hacer su parada nuestra de cada noche. Pocos segundos después de gritar Higuaín el primero de la noche, el portero de Móstoles tuvo que calentar sus guantes para evitar la igualada. De Iker a Pipa, y tiro porque me toca. Y es que el argentino volvió a apuntar su nombre en la carrera por el pichichi haciendo bueno un pase de Garay, tras reencarnarse éste en Cristiano Ronaldo con un centro medido desde la banda derecha. Al primer toque, bailando un tango, de argentino a argentino (Maradona toma nota) el Madrid dejaba un tufillo de sentencia en el partido del que nadie dudaba en el Heliodoro.


FICHA TÉCNICA:

Tenerife 1: Sergio Aragoneses; Marc Bertrán, Manolo Martínez (Omar, min. 60), Ezequiel Luna, Pablo Sicilia; Ricardo, Richi (Dinei, min. 67); Juanlu (Mikel Alonso, min. 81), Alfaro, Ayoze; y Nino.

Real Madrid 5: Casillas; Sergio Ramos, Albiol, Garay, Marcelo; Lass, Xabi Alonso (Diarrá, min. 82), Granero (Van der Varrt, min. 74); Kaká, Cristiano Ronaldo y Higuaín (Raúl, min. 77).

Goles: 0-1, min. 28: Higuaín. 0-2, min. 41: Higuaín. 1-2. min. 46: Ayoze. 1-3, min. 47: Kaká. 1-4, min. 79: Cristiano Ronaldo, de penalti. 1-5, min. 91: Raúl.

Árbitro: Rafael Ramírez Domínguez (Comité Andaluz). Amonestó a los locales Aragoneses, Luna y Nino, y a los visitantes Xabi Alonso y Granero.

Incidencias: encuentro disputado en el Heliodoro Rodríguez López ante 22.123 espectadores.

Extrañamente sí que había una personalidad en Tenerife que parecía tener ganas de abrir un partido que estaba prácticamente cerrado. El problema es que ese señor debería lucir imparcialidad: Ramírez Domínguez, el colegiado. Sus ganas de salir en televisión hicieron conceder un gol de Ayoze tras una vergonzosa falta sobre Casillas. Se la tragó. O no la quiso pitar, nunca lo sabremos. El caso es que metió al Tenerife en el partido o eso pensaba él.

Y es que el Madrid dio la mejor de las respuestas posibles a la cafrada arbitral: marcando. Lo hizo Kaká, que aplacó los ánimos locales y puso agua sobre el fuego que aún atesoraban sus compañeros por el estrepitoso fallo del colegiado. El brasileño volvió a hacer público su amor por el cielo superando a un Aragoneses resignado a su suerte. Nuevamente todo en su sitio.

El Madrid se agigantó

Para cerciorar esa normalidad, que trató de romper Ramírez Domínguez, volvió a aparecer Casillas. Además por partida doble, de esas que tanto le gustan. Primero secó a Bertrán con los pies y posteriormente a Richi. Al más puro estilo portero de balonmano. Ahí se secó el Tenerife, en los pies de Iker. La gasolina le abandonó como el desodorante y el Madrid sacó la sombrilla y la tumbona en una tierra que lo merecía. Por si esto fuera poco, un penalti por manos de Luna le sirvió a Cristiano para calcar su media de gol por patido. Esta vez sin polémicas interesadas ni nada. Con la diestra, suave y gol. El cuarto al zurrón y goleada al canto.

Con el Madrid durmiendo sobre la hierba, no había mejor forma que cerrar el partido que con un tanto de Raúl. El capitán hizo bueno un servicio de Marcelo y a su estilo, el estilo Raúl, cazó el quinto de la noche al primer toque y prácticamente sobre la línea de gol. De esta forma, el Madrid dijo adiós de la mejor forma que podía hacerlo, con una manita bien alta.