Desde que el 16 de enero perdiera por 1-0 ante el Athletic de Bilbao en San Mamés, el Real Madrid no sabe lo que es siquiera empatar en Liga, ya que en los diez partidos siguientes ha sumado la victoria. Desde el Málaga (2-0) y el Deportivo (1-3), pasando por el Espanyol (3-0), Xerez (0-3), Villarreal (6-2), Tenerife (1-5), Sevilla (3-2), Valladolid (1-4), Sporting de Gijón (3-1), y terminando este jueves con el Getafe (2-4), los blancos siguen firmes en seguir manteniendo la que es la mejor racha de victorias de un conjunto de Primera División en lo que llevamos de temporadas.
Un triunfo que ha llegado precisamente en uno de los estadios que tradicionalmente peor se le ha dado a los blancos en las últimas temporadas. Y es que, desde que el Getafe ascendiera a Primera División hace seis temporadas, los blancos, antes del encuentro de este jueves, sólo habían sumado una victoria en ese feudo. Fue hace dos años, con Schuster en el banquillo, cuando se logró un triunfo por la mínima (0-1) merced a un gol de Sergio Ramos.
Con este historial, los blancos eran conscientes de que ganar en este estadio no iba a ser una empresa fácil. Y así ha sido. Y es que si a las numerosas bajas de Pellegrini (Benzema, Kaká, Lass, Diarrá) le unimos el potencial de este Getafe, no es de extrañar el sufrimiento que han tenido que soportar los de de Pellegrini en varias fases del partido. Pero al final lo importante es que los tres puntos se quedaron del lado madridista, y las opciones de ganar la Liga, todavía intactas.
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