Será el único aspecto que compartan estos dos delanteros puesto que son como la noche y el día. No sólo en cuanto a carácter (Higuaín siempre se ha mantenido muy discreto mientras que Ibra siempre está metido en broncas y trifulcas) sino también en relación a su rendimiento en el terreno de juego.
En este sentido se podría hablar de un jugador, Higuaín, que ha supuesto para el Madrid el negocio del siglo. Costó 12 millones de euros y lleva 24 goles en Liga. Unas cifras escandalosas teniendo en cuenta el dinero que mueve el fútbol. La constancia y el trabajo personificado en un jugador. Ibrahimovic, sin embargo, es todo lo contrario. El sueco responde al clásico apelativo del ‘timo de la estampita’. 15 goles en Liga, la mayoría de empujar a puerta vacía, para un gasto de 80 millones de euros. Dan escalofríos con pensarlo. Sus goles se cotizan a precio de oro y su rendimiento ha sido criticado, incluso, por el Campo Nuevo.
Higuaín e Ibrahimovic. Dos formas diferentes de jugar y, sobre todo, dos polos opuestos en relación a la palabra rendimiento. El madridista marca, juega, corre, pelea y agrada a los suyos. El barcelonista se enfada, se lesiona y encabrona a su propia afición. Todo ello, con una diferencia de 68 millones de euros entre el traspaso de uno y el de otro. De locos.
Así se las gasta Gonzalo Higuaín:
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