Fue fácil en la ida

El Madrid se impuso claramente por 2-0 a un inexistente Mallorca





El partido de ida que disputaron el Real Madrid y el Mallorca en el estadio Santiago Bernabéu tuvo un claro color blanco. El 2-0 con el que se llegó al final del encuentro fue una pequeña muestra de lo que pudo haber llegado a ser, porque el Madrid apretó y creó oportunidades durante los 90 minutos.

Y es que desde el minuto 7, los hombres que dirige Manuel Pellegrini, ya se habían adelantado en el marcador con un soberbio tanto del ‘Pipa’ Higuaín, tras una jugada individual en diagonal desde la banda derecha que acabo en un zurdazo que se coló por la escuadra que defendía Dudú Aouate.

El partido, que se recordará por la espectacular nevada que cayó aquel 10 de Enero, en lo que fue el primer encuentro del año 2010 en el Bernabéu, siguió su cauce de dominio merengue y nulos acercamientos del ataque mallorquín en lo que fue uno de los choques más tranquilos para el guardameta Iker Casillas.

A los 4 minutos de la reanudación, Esteban Granero aprovechaba un centro desde la derecha de Higuaín para enganchar una impresionante bolea en boca de gol que ponía tierra de por medio con los bermellones.


A partir de aquí, el Mallorca dejó de intentar llegar al área madridista, dejándole el balón al once local, con el riesgo de llevarse un saco de goles de vuelta a la isla. Cosa que no ocurrió por la falta de puntería de la delantera blanca y por un par de buenas intervenciones del cancerbero visitante, Aouate.