El Madrid confía en que el Valladolid le lleve a Cibeles

Se acabó lo que se daba. La Liga 2009-10 echa el telón con el campeón aún por decidir. Real Madrid y Barcelona dirimirán a 997 kilómetros de distancia quién se lleva la Liga de los récords habidos y por haber. La ventaja es para los de Guardiola: dependen de sí mismos, juegan en casa y su rival es un equipo que huele a Segunda División, el Valladolid. El Madrid, por el contrario, sólo cumple el tercer requisito de los mencionados anteriormente, jugar ante un equipo que huele a descenso, en este caso el Málaga.

Para los blancos, además, la Liga no sólo se basa en la Liga, propiamente dicha. El futuro de muchos jugadores, algunos incluso de los que salgan a La Rosaleda esta tarde como titulares y, sobre todo, el del entrenador merengue, Manuel Pellegrini, está en el aire. El del chileno, cabría decir, que casi en los cielos. Pellegrini sacó los dientes en la rueda de prensa previa al partido. Como si se oliera algo. Como si su futuro dependiera del Barcelona y de Clemente. O ni siquiera eso, sino que se ve cerca de la sentencia. La sombra de Mourinho le persigue.

Con fantasmas portugueses (o no tan portugueses) detrás de su persona, Pellegrini sabe que tiene que ganar en Málaga. Ofrecer 98 puntos a sus aficionados y ‘presumir’ de haber obtenido la mayor puntuación en la historia de la Liga…salvo que el Barcelona lo rebata firmando 99 previa victoria sobre el Valladolid. No le queda otra. Para ello, se encomendará a los habituales, con la presencia de Kaká en el enganche medio-delantera. No se esperan más sorpresas en el ámbito deportivo. En el banquillo tampoco, salvo la presencia de auriculares y sintonizadores de radio para hacer sentir más importante a ese queridísimo Javier Bernabéu Clemente. Un ‘amigo’  en Barcelona. Por cierto, el Málaga se juega la vida aunque con Cristiano e Higuaín medianamente acertados, no sería de extrañar que incluso ellos se olvidaran de La Rosaleda y se colocaran un pequeño casco en pleno partido. Pinta más sencilla esa estampa que un arañazo de Javi en Barcelona, aunque de fe el madridismo anda sobrado.