Colorín colorado...

El Valladolid no consiguio la machada y el Madrid se queda sin título de Liga. Duda adelantó muy pronto al Málaga y Van der Vaart empató tras el descanso en un gris encuentro. Los malacitanos consiguen la permanencia





 

Desde que el Real Madrid perdiera ante el FC.Barcelona, prácticamente cada domingo se ha hablado de una final, de un ‘match-ball’, de un ser o no ser, y cosas similares. Pero este domingo en La Rosaleda ya sí que no había vuelta atrás. La Liga echaba el telón y al conjunto blanco sólo le quedaba la opción de ganar y esperar un ‘Clementazo’. Pero la cosa no empezó nada bien para los hombres de Pellegrini. El conjunto blanquiazul se jugaba la vida nada menos, y ya desde antes del partido y durante los primeros compases, los aficionados y los propios jugadores locales hicieron del estadio de La Rosaleda una auténtica olla a presión. Y los hombres de Muñiz fueron los primeros en pegar gracias a una gran jugada entre Duda y Caicedo en el minuto ocho. Un balón suelto por el centro del campo al que no llegó Gago fue a parar a los pies del ‘17’ local. Le cedió el cuero al corpulento delantero, que se la devolvió con un taconazo que despistó a la zaga madridista, y Duda, prácticamente solo en el balcón del área, remató a puerta muy ajustado al palo impidiendo que Casillas pudiera evitar el primer gol del partido.

El conjunto blanco no terminaba de llegar con claridad a las posiciones de ataque ante un Málaga que estaba muy bien colocado en el campo. Los caminos por el centro del campo estaban todos cerrados, se echaba de menos más profundidad por las bandas, y encima de nuevo tocaba remontar. Parece que este Real Madrid se ha abonado a la épica y a la emoción de ir siempre a remolque en el marcador. Emoción que por momentos se convirtió en nerviosismo, sobre todo a partir de que el Barcelona marcara dos goles casi seguidos del minuto 26 al 30. La Rosaleda los celebró porque significaba que el Valladolid perdía, y los jugadores blancos sin duda estaban al tanto, porque si no, no se explica las dos tarjetas amarillas consecutivas que vieron Higuaín y Guti (desde el banquillo) por dos acciones completamente evitables.

Fiesta en La Rosaleda


Quizás fuera por todo lo que se jugaban los dos equipos -a pesar de que el ‘Clementazo’ parecía difícil-, pero lo cierto es que durante muchos momentos se jugaba más con el corazón que con la cabeza, porque se vio muy poco fútbol durante la primera mitad. El Madrid tenía la posesión del balón, pero se estrellaba una y otra vez contra la muralla malacitana, que con el marcador a favor, difícilmente perdía el sitio en el campo. Y encima cuando conseguía sacar el balón creaba peligro a Casillas, como en la oportunidad que tuvo Caicedo en el treinta y cuatro a un centro lateral de Benachour que remató fuera desde el área pequeña. Así, el conjunto blanco sólo llegaba en acciones individuales o cuando le daba por pisar las bandas, pero sin ese acoso permanente al que acostumbra, sin llegar a generar sensación de poder ‘matar’ a Munúa. Van der Vaart, con una chilena y una falta directa desde la frontal, fue el único que puso el ‘uy’ en las gradas junto a Ronaldo, que cabeceó un centro de Ramos que se marchó fuera por muy poco. Pero poco más.

-          La ficha:

1 - Málaga CF.: Munúa; Gámez, Ivan González, Rosario, Mtiliga; Fernando, Apoño, Javi López (Juanito 77’), Benachour (Luque 82’), Duda; y Caicedo (Obinna 59’).

1 - Real Madrid: Casillas; Ramos, Albiol, Garay, Marcelo; Gago (Guti 59’), Xabi Alonso, Van der Vaart (Drenthe 80'), Granero (Benzema 71'); Higuaín y Ronaldo.

Goles: 1-0, Duda (8’); 1-1, Van der Vaart (48’).

Árbitro: Undiano Mallenco (Com. Navarro). Amonestó a Jesús Gámez (10’), Sergio Ramos (25’), Higuaín (27’), Guti (28’), Rosario (38’), Obinna (82’), Ronaldo (86’), Luque (88’). Expulsó a Duda con roja directa por agresión (90’).

Incidencias: Jornada 38 Liga. Estadio La Rosaleda. Prácticamente lleno: 25.000 espectadores.

Afortunadamente para el madridismo, nada más volver del vestuario el conjunto blanco consiguió igualar el partido, y fue cómo no en una jugada individual. Y Van der Vaart fue el protagonista único del tanto blanco. El holandés ‘cazó’ un balón en el balcón del área, se revolvió y a la media vuelta y casi desde el suelo consiguió rematar al palo largo, a ese donde Munúa no llegaba. El gol espoleó a los de Pellegrini ante un Málaga que empezaba a acusar el cansancio después del desgaste de los primeros cuarenta y cinco minutos, pero eso sí, con exactamente igual desorden. Así, Marcelo tiró a las manos de Munúa una volea cuando estaba solo en el área, y el portero local detuvo también un tiro de Granero en el sesenta y dos que desvió Cristiano. Justo en el mismo minuto en el que el Barcelona marcaba el tercer tanto que ya ponía extremadamente difícil el alirón merengue.

El conjunto merengue siguió intentando voltear el resultado hasta el final a pesar de que la victoria sólo sirviera para no empañar la buena imagen de la temporada. Pellegrini dio entrada a Benzema, Drenthe y un Guti que hoy puede que haya jugado su último partido defendiendo el escudo merengue. Y fue el francés el que puso algo más de mordiente al ataque visitante. Sin embargo los dos disparos de los que dispuso a quince minutos del final fueron rechazados por Munúa. El empate parecía inevitable y los últimos minutos en la Rosaleda se vivieron más por las radios que por lo que se vio en el césped. Y lo que llegaba desde las ondas era la crónica de una muerte anunciada para el Madrid con el Barcelona coronándose como campeón de Liga, y la buena nueva de la salvación para un Málaga que el año que viene seguirá jugando en Primera División.