Fue en el Mundial juvenil de la FIFA celebrado en Nigeria en el año 1999, y junto al guardameta merengue estaban también Marchena y Xavi en ese equipo comandado por Iñaki Sáez. En el grupo se midió a Brasil (2-0), Zambia (0-0) y Honduras (3-1), para después ir eliminando sucesivamente a Estados Unidos (3-2), Ghana [1-1 (8-7)], Malí (3-1), y por último a Japón en la final (4-0). En aquella selección española juvenil destacaron sobremanera Xavi y Gabri en el centro del campo con su juego al primer toque, el delantero Pablo Couñago -que con cinco goles fue Bota de Oro del torneo-, y el propio Iker Casillas. El guardameta alternaba la portería con Aranzubía (de hecho tenía un año menos que el resto de sus compañeros), pero en los cuartos de final ante Ghana, el madridista se erigió en el protagonista indiscutible. Y es que tras el empate en el tiempo reglamentario, Iker detuvo dos lanzamientos en la tanda de penaltis que a la postre serían decisivos para conquistar el Mundial. De aquel torneo salieron figuras mundiales como Ronaldinho, Esteban Cambiasso, Ashley Cole, Seydou Keita (elegido mejor jugador del torneo), Rafael Márquez, Roque Santa Cruz, Damien Duff, Robbie Keane, Diego Forlán o los propios jugadores españoles. Y ahora, once años después, Casillas y la selección española han reeditado ese éxito en el mismo continente, pero eso sí, esta vez en la mayor categoría posible.
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