Morata le da a Mou su primera victoria

Una primera parte de mucho toque

Para la primera mitad, el entrenador luso dispuso un equipo con todos sus hombres del primer equipo, y sólo el canterano Nacho Fdez. como lateral derecho. Con Diarra de central y Gago, Lass, Granero, Pedro León y Drenthe en el centro del campo, el equipo merengue se mostró muy a gusto con el balón en los pies. Con un 4-4-2 que camuflaba un 4-5-1 con el Pirata en la mediapunta, y tocando, tocando, tocando al estilo español poco a poco iban cercando el área rival, sobre todo gracias a un Granero que se movió muy bien entre líneas y a un Pedro León y Drenthe muy incisivos desde las bandas.

A la hora de defender, el equipo de Mourinho se basó en una presión muy arriba que asfixió al Castilla en su propio campo. Y atrás, los cuatro zagueros no esperaban al control del rival, sino que intentaban anticiparse a todas las jugadas. Todo con tal de robar el balón cuanto antes y lo más arriba posible para armar rápido el ataque.

En lo que a ocasiones se refiere, las más claras las tuvieron Granero y Pedro León. Marcelo dejó solo al canterano en la frontal del área, pero El Pirata mandó el cuero a las nubes. Y el último fichaje blanco tuvo también otra magnífica oportunidad, pero su disparo escorado desde dentro del área fue despejado espectacularmente por el portero del Castilla Jesús Fernández. Eso sí, la mejor oportunidad de todas en la primera mitad vino de parte del filial blanco. Un magnífico pase en profundidad dejó a Cristian solo frente a Dudek. El delantero castillista pasó el cuero por encima del polaco, pero sin fuerza suficiente para llegar al fondo de las mallas. Sarabia, que corría por la banda, empujó el esférico a gol, pero Megía Dávila (que fue el árbitro del encuentro) anuló el tanto por fuera de juego.

Una segunda parte con un 4-3-3 donde los canteranos imprimieron más velocidad

Para la segunda mitad, Mourinho hizo hasta siete cambios. Adán entró en la portería, Carvajal en el lateral diestro por Nacho, y Tébar de central por Diarra. Y de defensa en adelante, el técnico madridista dispuso un 4-3-3 con Lass-Juanfran-Álex en la medular y Joselu-Benzema-Morata en la línea de vanguardia. Y a pesar de que este sistema no es lo habitual en el Real Madrid, el primer equipo merengue alcanzó una marcha más en lo que a velocidad se refiere. Se perdió control y posesión en el centro, pero se ganó en velocidad.

La presión arriba era constante, e incluso más incisiva que en la primera mitad, y canteranos como Juanfran, Álex, Joselu y Morata demostraron estar al mismo nivel que el resto de sus compañeros de equipo, aportando además un toque de frescura y de atrevimiento con el balón en su poder. De las botas de los canteranos precisamente salió el único gol del partido, obra de Morata. Carvajal abrió en profundidad muy bien por la banda derecha a Juanfran, que al primer toque centró para que el delantero del Castilla rematara a gol al primer toque, cual delantero centro nato. El propio Morata tuvo en su testa el segundo gol, pero esta vez Mejías despejó a córner en una plástica estirada.

El Castilla luchó con uñas y dientes

Por su parte, el Castilla demostró estar aún acoplándose. Y es que muchos de sus pilares estaban con el primer equipo, y había muchos jugadores nuevos y otros muchos que en teoría no seguirán en el club. De entre los refuerzos, destacó el central Pablo Gil, menudo pero siempre atento y siempre colocando a todos sus compañeros. Así como Merchán, que salió en la segunda parte y dejó algunos destellos de calidad desde el centro del campo. Y por otro lado, de entre los que ya estaban destacaron los extremos Juan Carlos y Sarabia, que cada vez que tocaban el balón en las bandas generaban algo de peligro, así como Mateos en la segunda parte, que tanto desde el centro del campo como de central se erigió en el jefe al mando del Castilla.

Sin embargo, más allá de jugadas sueltas y jugadores puntuales, se notó al Castilla algo sobrepasado por la situación. Ya fuera porque había chicos que acaban de aterrizar en el club o porque aún faltan días para coger el ritmo, lo cierto es que los chicos de Alejandro Menéndez no terminaron de lograr ese fútbol de toque que tan bien lleva a cabo. Le costaba sacar el balón jugado desde atrás merced a la presión del primer equipo, y raras veces llegaba a los hombres de ataque en condiciones de montar una buena jugada. A pesar de eso, es de esperar que con los mimbres que ya atesoraba y las aportaciones de los jugadores que a día de hoy entrenan con Mourinho pero que deberían volver con el filial, el Castilla tome rápido esa notable velocidad de crucero que demostró el año pasado.