Alineó de inicio a tres puntas netos: Honda, Morimoto y Kagawa, del Borussia Dortmund, una apuesta del nuevo entrenador que demostró ser acertada por las ocasiones que creó. Ello, permitió un partido muy abierto desde el comienzo y con oportunidades para ambos equipos. Los "Samuría Blue" encarrilaron el partido en el minuto 19, con un remate al borde del área de Hasebe que rechazó en primera instancia Romero, pero quien desde el suelo no pudo hacer nada para evitar que un atento Shinji Okazaki enviará el balón al fondo de la red.
Pese a las llegadas con Tévez y un Messi que no defraudó a la afición japonesa, Argentina no consiguió devolver la igualada en el empate al marcador y, en la segunda parte y con un Japón centrado en defender el resultado, sufrió con los contragolpes de los nipones, que estuvieron cerca de ampliar su ventaja. Argentina salió de inició con Diego Milito en el eje ofensivo (en el minuto 33 entró el madridista Gonzalo Higuaín), pero fueron las peligrosas arrancadas de Messi las que trajeron varias oportunidades de gol, alguna a balón parado.
La albiceleste intentó crear juego con Javier Mascherano y Esteban Cambiasso en el centro del campo, si bien este último se tuvo que retirar lesionado cerca de la conclusión de la primera parte dando paso a Bolatti y, después, al madridista Di Maria. La entrada de la nueva perla argentina Javier Pastore (m.59) o del delantero Ezequiel Lavezzi (m.77), reforzando la parte ofensiva, tampoco dieron sus frutos. Se seguía sin gran creación y enfrente estaba una defensa nipona ordenada y que no concedió desliz alguno.
Al final, bastó el gol de Okazaki para dar el triunfo a Japón y amargar el puesto al interino Batista, que se había tomado este amistoso con mucha seriedad ya que aún debe ser confirmado en el cargo como sustituto de Diego Armando Maradona por la Asociación de Fútbol Argentino (AFA). El polo opuesto es Zaccheroni, que no pudo soñar mejor estreno al frente del combinado nipón. Batista, al frente de Argentina, había logrado victorias ante Irlanda (1-0) y España (4-1), pero esta derrota es una mancha en un choque ante un conjunto teóricamente más débil. La afición de los "Samurái Blue" que abarrotó el Saitama Stadium, en las afueras de Tokio, disfrutó con su nueva selección y no paró de animar, entre ellos a un Messi fue varias veces ovacionado.
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