Con olor a liderato

Después de la polémica nuestra de cada semana, José Mourinho se presenta en Málaga con el objetivo de mejorar, no ya el juego, sino también los resultados cosechados por su equipo cuando actúa de visitante. Aún permanecen en la retina de los seguidores madridistas los patinazos sufridos en los partidos de Mallorca y Levante, en los que el equipo ni marcó ni ganó. Esos cuatro puntos, que se hubieran dado por seguros, se perdieron en el olvido y, por tanto, los blancos no pueden permitirse más errores.

El entrenador del Madrid no piensa tocar las piezas que tan buen rendimiento le dieron en el partido frente al Deportivo. Las mismas que lleva utilizando de forma casi obsesiva desde el primer día. La palabra 'rotaciones' no se adecúa a su diccionario, por lo que sólo la obligada entrada de Arbeloa en detrimento del lesionado Ramos cambiará un once que los madridistas empiezan a saberse de carrerilla.

Con la Liga prácticamente perdida, el pasado curso el Real Madrid se dejó un empate en Málaga. Era la última jornada y, a través de la radio, los de Pellegrini no hacían más que escuchar goles del Barcelona. Una victoria del Madrid en La Rosaleda supondría un pequeño triunfo que mejoraría las prestaciones del equipo en el mismo escenario el pasado curso. En definitiva, el fútbol es un juego de comparaciones de año en año, de temporada en temporada. Y el ‘acabado’ Cristiano llega en racha. No valen las excusas para que el Madrid no gane. Y bien.