Mourinho, a torear a su primer Miura

Mourinho había pedido tiempo. Lo ha tenido. Los resultados le han acompañado en su gran mayoría, salvo excepciones como en Mallorca o Levante, sin embargo, la Copa de Europa y la presencia de un equipo como el Milán es la prueba del algodón para cualquier madridista que se precie. Sin ir más lejos, la temporada pasada, la trayectoria de Pellegrini era muy parecida a la que lleva Mourinho en la actualidad, sin embargo, la caída en el Bernabéu frente a un Milán venido a menos fue el comienzo de una muerte lenta para el entrenador chileno. Mourinho lo sabe y lo tiene muy presente.

No hay ningún título en juego pero sólo con nombrar a parte de la constelación de estrellas que se verán las caras sobre el césped de Chamartín las sonrisas se ajustician: Cristiano Ronaldo, Ibrahimovic, Pato, Higuaín, Casillas, Pirlo y un largo etcétera. Sin Copa pero con prestigio. Mourinho es listo y sabe que, a pesar de que el resultado no es vital, siempre es mejor empatar que perder. Esto es, que si lo ve negro no sería de extrañar que diera por bueno el empate.

Pese a todo, el Madrid quiere borrar de un plumazo el gafe que le acompaña en esta competición en las últimas temporadas. El pasado curso el Milán ganó en Madrid y el Lyon sacó un empate en el partido de cuartos. Además, si a esto añadimos que los tres últimos equipos italianos que han pisado el césped de Chamartín salieron victoriosos, el Madrid tiene hoy el mayor de los retos para demostrar que no hay que buscarle heredero al mejor club del siglo XX ¿La razón? Porque ellos también lo quieren ser del XXI.