Exhibición a pesar de Howard Webb

El árbitro inglés, que perdonó dos expulsiones y concedió un gol en fuera de juego al Milan, impidió el triunfo del Madrid, que salvó un punto gracias a un gol de Pedro León en el tiempo de descuento





En un estadio como San Siro es donde se forjan los grandes equipos. Y en ese escenario mítico el Madrid ha mostrado su candidatura no solo para ganar esta Champions, sino para marcar una época en los próximos años. Mourinho ha conseguido dar al Madrid no solo empaque como equipo (algo que ya se presuponía, ya que lo ha conseguido en todos los clubes a los que ha entrenado), sino que le ha dado personalidad propia, algo de lo que había carecido este equipo en los últimos tiempos.

Y la puesta en escena del Madrid en San Siro ha sido impecable. Empezando por Mourinho, quien ni se ha inmutado con los gritos de guerra de los tiffosi, y siguiendo por los jugadores, que se hicieron con el dominio del partido desde prácticamente salir del túnel de vestuarios. Con los mejores primeros 45 minutos de lo que llevamos de temporada, los blancos impusieron desde el inicio un ritmo de partido que el Milan, por la edad de algunos de sus jugadores, no han podido soportar.

Abbiati (vaya marrón para él ser titular) se convirtió en un frontón ante ese tsunami español llamado Real Madrid. Higuaín, a los tres minutos, ya le hizo emplearse a fondo. Fue un prolegómeno de la avalancha de golpes que le iban a venir en los 20 siguientes minutos, en los que el Milan casi no pasó de su campo. Pepe, a la salida de un córner, falló incomprensiblemente un remate de cabeza al querer gustarse más de la cuenta. Di María, un dolor de cabeza para Zambrotta, pecó de chupón tras no ceder a Cristiano en un claro mano a mano. Pirlo, una sombra del gran jugador que fue, sólo apareció dos veces en el partido, y fue para sacar dos disparos bajo palos de Higuaín y Di María.

Pero cuidado con los italianos. Llevan la palabra suerte grabada a fuego en la suerte, e Ibrahimovic, el desterrado por Guardiola, tuvo el gol en sus botas en dos claros mano a mano con Casillas. El primero fue abortado como sólo el capitán del Real Madrid sabe hacer, pero el segundo dio la razón al entrenador del Barcelona al querer desprenderse del sueco, ya que decidió definir con una vaselina cuando lo más sencillo hubiera sido un chut cruzado.

FICHA TÉCNICA

Milan: Abbiati; Abate, Nesta, Thiago Silva, Zambrotta; Pirlo, Gattuso, Boateng, Ronaldinho (Inzaghi, min. 59); Pato (Ambrosini, min.72) e Ibrahimovic.

R. Madrid: Casillas; Ramos, Pepe (Pedro León, min.80), Carvalho, Marcelo; Xabi Alonso, Khedira; Di María, Özil, Cristiano Ronaldo; e Higuaín (Benzema, min.74).

Goles: 0-1: Higuaín (min.45); 1-1: Inzaghi (min. 68); 2-1: Inzaghi (min.78); 2-2: Pedro León (min.93)

Árbitro: Howard Webb (Reino Unido). Amonestó por el Milan a Boateng (min.27), Abate (min.55), Ibrahimovic (min.56) y Gattuso (min.70); y por el Madrid a Pepe (min.79) y Carvalho (min.91).

Incidencias: encuentro disputado en el estadio de San Siro (Milán). Lleno absoluto

El gol de Higuaín hace justicia


Tras esos dos sustos, el Madrid volvió a estirarse. Abbiati, quien creía que los momentos de agobio se habían acabado, casi se le doblan las manos tras un disparo de Xabi Alonso. Con el portero ardiéndole las manos a causa del dolor del balonazo fue cuando llegó el gol más justo en la historia del fútbol. Di María, más brillante en las ayudas a Ramos que en la parcela ofensiva hasta ese momento, condujo una fulgurante contra de los blancos en el último minuto de la primera parte. Su pase, que fue observado por la nutrida defensa del Milan como si de piezas de un futbolín se tratara, fue recibido por el ‘Pipita’ dentro del área, y el argentino, tras un certero disparo cruzado, echó al traste esa teoría que dice que no aparece en los partidos importantes. Fue el mejor broche de oro a una primera parte que fue toda una exhibición por parte de los jugadores madridistas.

Tras el descanso, Cristiano Ronaldo, con otro de sus misiles inteligentes, no marcó el segundo porque Abbiati seguía siendo el único del Milan que seguía poniendo emoción al partido. Con el paso de los minutos, los veteranos de guerra italianos empezaron a notar en sus piernas los kilómetros acumulados, y empezaron a utilizar las marrullerías para intentar frenar el vendaval. Todo ello permitido por un Howard Webb que llevó a cabo un arbitraje en la línea de la final del Mundial: lamentable. Inzaghi, que salió en lugar de un Ronaldinho que da lástima verle, fue el cabecilla de la colección de puñaladas traperas por parte de la escuadra. Si a eso le unimos que el Madrid dejó de mirar a la portería rival, tenemos la fórmula perfecta para que el Milan resucitara. Y así sucedió. Tras un fallo en cadena de la zaga madridista (primero de Pepe y luego de Casillas), Inzaghi, el cazagoles por excelencia del fútbol italiano, no desaprovechó tal regalo mayúscula.

Webb propicia la remontada

Tras la injusticia del destino, tocaba remar contracorriente. Con el Milan crecido, y el Madrid algo bajo anímica y físicamente tras el varapalo que supuso la jugada desgraciada del gol, sólo faltaba la puntilla de un segundo tanto, y éste llegó tras otra cafrada del colegiado y de su juez de línea. Inzaghi volvió a ser el verdugo del Madrid tras marcar en clarísimo fuera de juego. Con San Siro en pleno delirio tras la remontada, el partido fue decayendo entre fantasmadas de los defensas del Milán y el agotamiento de los de Mourinho, muy lento a la hora de hacer los cambios. Pero el fútbol es justo, y Pedro León, con un remate en semifallo en el minuto 93, firmó las tablas a favor de un Madrid que, de no haber sido por el pésimo arbitraje, habría logrado un histórico triunfo en San Siro