Mourinho pondrá su once de gala para buscarle las cosquillas a Preciado

Un Sporting-Real Madrid con la salsa y la pimienta del mejor Barcelona-Madrid de los tiempos de Gaspart, Lorenzo Sanz, Mendoza o Núñez. No estamos en la recta final de la Liga, tampoco el Sporting se juega la vida en este partido, ni siquiera el Madrid lo hace. Sin embargo, el pique dialéctico entre Preciado y Mourinho ha traspasado la frontera del picante para inmiscuirse en el atropello y el canibalismo.

Mourinho señaló a Preciado por sacar a su equipo B ante el Barcelona. Una frase que se le quedó grabada al entrenador del cuadro asturiano como para aparecer en los informativos y periódicos de medio mundo atizando al entrenador blanco de forma grotesca y con el insulto por bandera. La salida de tono de Preciado ha dejado el partido en un segundo plano. O en un tercero, si tenemos en cuenta que Mourinho no se podrá sentar en el banquillo de El Molinón. No habrá saludo entre ambos salvo que se busquen a propósito, algo que se antoja poco menos que imposible.

La reacción que puedan tener tanto los hombres del Sporting como su propia afición contra el Madrid también es una incógnita. En principio, Mourinho (Karanka será el jefe del banco ante la baja del portugués) pondrá su mejor once. En él estará Higuaín, que se ha medido al Sporting en tres ocasiones con otras tantas victorias. Es el talismán blanco contra el embrujo de El Molinón. Mourinho tratará de darle a Preciado donde más le puede doler: hacer buen  fútbol y marcar goles. Sin embargo, el Sporting tirará de corazón, pasión y tensión para tratar de defender su estadio. Tradicionalmente, Gijón no era uno de esos estadios norteños en los que el Madrid sufría un ambiente hostil tipo San Mamés o Reyno de Navarra, algo que sí que se espera pueda ocurrir esta tarde. Si hay algún altercado fuera de lo normal habría que darle el mérito al señor Preciado. Él ha montado todo este jolgorio. Si sólo se habla de fútbol será la mejor de las noticias para un Madrid que quiere seguir siendo el líder sin quemarse en la caldera de El Molinón.