Y ahí está el derbi copero. Real Madrid y Atlético cara a cara en la Copa de su Majestad 17 años después. Atrás queda la amarga final perdida en el 92, un par de años más que la igualadísima eliminatoria en la que el Real Madrid se impuso por 2 goles a 3 tras el empate a 2 en el feudo madridista.
Mucho ha llovido desde entonces, muchas cosas han acontecido en la historia deportiva e institucional de ambos clubes, y sin embargo, el sentimiento que tenemos ahora es el mismo que el existió hace casi dos décadas, el sentimiento de superioridad ante el eterno rival de la capital.
Esta ciudad no es lo suficientemente grande para los dos. Por historia y méritos ya se sabe a quién pertenece.
La euforia se apodera de toda lógica en los días y horas previas a estos partidos. La diferencia en Liga es de cuatro puestos y 20 puntos, aparentemente grande pero el Mejor Equipo del Mundo no debe confiarse ni contra aquellos a los que últimamente acostumbra pasar por encima.
Los atléticos se agarran a sus más profundos sueños, pues a sus números sería imposible. Vienen de perder contra un recién ascendido por 4-1 y pisarán el césped del Bernabeu con el miedo en los talones.
Si tomamos como referencia el partido de Liga en el que el Madrid ganó con goles de Carvahlo y Özil, junto con la irregular trayectoria en del conjunto colchonero, aparentemente los de Mou parten con ventaja en el torneo del KO.
A pesar de todo no debemos olvidar que la herida del Manzanares de 11 años sin ganar un derbi les escuece cada día y parece que necesitan enfermizamente librarse de ese agravio.
Pero no será tan fácil porque delante tienen al equipo más fuerte de toda Europa cuando juega en su propio estadio. 14 victorias en 14 partidos son sólo números, pero pueden decir mucho, aunque el fútbol siempre tiene la última palabra.
Noto de nuevo el optimismo rojiblanco, la típica frase de “esta vez sí”, como hemos escuchado tantas y tantas veces (y seguiremos escuchando).
Realmente la gran incógnita del encuentro es saber cómo justificará su derrota el conjunto de Quique Sánchez Flores. ¿Árbitro? ¿Diferencia económica? ¿O quizás asumirán de una vez por todo su eterno papel de segundo equipo de Madrid?
Todo está en su punto. Las aficiones se encienden, el partido está servido en bandeja de plata, tenemos la duda de Mourinho sobre Kaká o Benzema y como anécdota, el posible debut de Juanfran. Caballeros, el derbi está listo.
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