«Fue una batalla»

Es inadmisible. El ambiente fue fatal.





 

«Es inadmisible. El ambiente fue fatal. Patadas, balones de más y se tiraron cosas al campo que te pueden matar... Ha sido como una batalla. Quien manda en el fútbol tiene que ver lo que ha pasado porque no es bueno para el espectáculo ni para los niños que disfrutan del fútbol.

 Hay que recordar lo que le pasó a Casillas en Sevilla, porque si te da un objeto en la cabeza, te puede pasar algo más. Estas acciones hay que multarlas. Yo lo detesto», dijo.

Lo cierto es que todo de lo que se quejó Cristiano quedó reflejado en el acta de Muñiz Fernández y fue sancionado en el tiempo de partido
. Ocho jugadores osasunistas fueron amonestados con tarjeta amarilla.

 En el apartado de incidencias el colegiado escribió: «Durante la segunda parte del encuentro se lanzaron en tres ocasiones balones desde la grada situada en un fondo donde se encontraban seguidores del equipo local, entiendo que detener el juego en dos ocasiones por este motivo. Tal circunstancia produjo la correspondiente advertencia por megafonía para que cesaran dichos lanzamientos».

De hecho, Mourinho alabó la labor arbitral: «Ha hecho un trabajo buenísimo». El técnico se lamentó de la «estrategia» de los aficionados del fondo sur de devolver balones desde la grada con el partido en juego.


 Eso sí, volvió a echar mano de los arbitrajes al Barcelona como excusa a la derrota de su equipo: «No me parece que muchos equipos ganen aquí. Contra el Barça, con empate a cero, hay una jugada decisiva que el árbitro no señaló».

Fue el único pero que puso Mourinho porque, por lo demás, asumió que no tenía «nada que reprochar a su equipo». «Creo que no merecimos perder, pero el adversario trabajó al límite de sus fuerzas y también mereció un resultado positivo.

 Sin hacer un partido del otro mundo, mis jugadores trabajaron con dignidad. Es un partido que tú ganas si juegas sólido y marcas. Nosotros no   marcamos y cuando el rival marca primero, después es muy difícil  y por eso enhorabuena para ellos, que dejaron todo lo que tenían que dejar para lograr el triunfo, aunque no jugaron para ganar».

Sin embargo, pese a las buenas palabras del técnico, los jugadores, como Arbeloa, no ocultaron  su estado de ánimo: «Estamos decepcionados y desilusionados, pero nos queda toda la temporada como para ponernos ahora a llorar pese al sentimiento de bajón que tenemos». «La Liga no se ha acabado. Sabemos que siete son muchos puntos por cómo está el campeonato y, sobre todo, por un rival como el Barcelona.

 

 Será muy complicado recortar esta distancia, pero no vamos a bajar los brazos», añadió el lateral, en la misma sintonía que el mensaje de Jorge Valdano. «Vamos a luchar hasta el último aliento. Este no es un club que se rinda con facilidad», dijo el director general.