Kaká sigue sin salir del bache

El brasileño: ¿un nuevo caso Woodgate?.





Cuando la mala suerte se ceba con un jugador, a veces se hace imposible que éste se levante y deje atrás sus problemas. Es el caso de Ricardo Kaká, fichado el pasado verano con la vitola de haber sido Balón de Oro y FIFA World Player en el año 2007, pero que hasta ahora no ha podido dar una explicación al madridismo del porqué de esos galardones. Y todo por culpa de un mal: las lesiones. El pubis y la rodilla no han dejado a Kaká rendir todo lo que se esperaba de él. Y la afición sigue esperando impaciente la mejor versión de este gran futbolista.

Porque, a pesar de tanta operación y de tanto trabajo con los fisioterapeutas, está claro que a Kaká no se le ha podido olvidar de la noche a la mañana jugar al fútbol. Porque detalles de calidad se le han podido ver en el Real Madrid. Lo que ocurre es que, debido a todas estas dolencias físicas, el brasileño sólo los ha podido mostrar a cuentagotas. Primero fue la pubalgia, la cual dejó prácticamente K.O. al ex del Milan durante alrededor de 4 meses en su primer año en el Real Madrid. Y ahora es la rodilla la que está terminando de desesperar a un madridismo que, ansioso por ver triunfar a un jugador que les hizo mucha ilusión en el momento de su fichaje, está empezando a perder la paciencia.

Porque un caso como el de Kaká es muy raro de ver en esto del fútbol. Muchos lo asemejan al de otro ex madridista, Jonathan Woodgate, quien apenas llegó a la decena de partidos con el Madrid en dos temporadas debido a una extraña lesión del inglés en los abductores. Pero hay algo que diferencia estos dos casos, y es que Kaká es y seguirá siendo un mago del balón. Sólo falta que las lesiones dejen en paz al brasileño. Cuando eso ocurra, el madridismo empezará a disfrutar de su hijo pródigo.