El equipo de José Mourinho no ha tenido piedad del Atlético esta temporada. Hasta tres derbis ha habido en lo que va de curso, y en todos ellos los blancos se han impuesto con claridad y sin dejar ningún género de dudas.
El primer enfrentamiento llegó en Liga. Los merengues se impusieron por 2-0 en el Bernabéu en un partido marcado por la polémica arbitral y por los primeros veinte minutos de los madridistas, que decantaron la balanza a su favor. Carvalho y Özil pusieron los goles que darían los tres puntos a los locales.
Más tarde, el azar quiso que ambos conjuntos se enfrentaran en los cuartos de final de la Copa del Rey. En la ida, el Atlético se adelantó en el Bernabéu por medio de Forlán. Sin embargo, Sergio Ramos, Ronaldo y Özil dieron la vuelta al marcador (3-1), que quedó corto ante el vendaval de fútbol y ocasiones de los blancos.
En el encuentro de vuelta, CR7 sentenció la eliminatoria haciendo el 0-1 en un encuentro aburrido y con poco juego. El Madrid se clasificaba para semifinales casi sin despeinarse, ante un Atlético demasiado fallón en defensa y excesivamente dependiente de Agüero, como viene siendo habitual a lo largo del año.
Una victoria ante el Atlético en el derbi del Calderón significa mantener vivas las esperanzas de conquistar el título de Liga. Pero no sólo eso. También supone cerrar el cuadrado mágico: cuatro victorias ante el eterno rival, que aumentaría un año más su obsesión por vencer a los merengues.
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