¡El Madrid se lleva la Copa y demuestra quién es el Rey!

Barcelona 0-1 Real Madrid





El Madrid celebró el gol de Cristiano por todo lo alto

Los que apostaban por un Madrid defensivo, metido atrás y con el olfato avinagrado deberían irse a confesar aprovechando la Semana Santa. El Madrid salió arriba, a morder, igual más arriba que nunca. Ni le impresionaba el Barcelona, ni Mestalla ni el título. Los blancos fueron ese Madrid que hace que sus aficionados se sientan orgullosos de ser el equipo que son. Es cierto que Mourinho decidió dejar toda su artillería en forma de delanteros en el banquillo, pero no es menos cierto que no por meter más nueves en el campo el equipo ataca más.

Con un Di María como perro de presa de Alves pero, a la vez, buscador de cosquillas del brasileño, y con Cristiano y Özil siempre metiendo miedo, el Madrid se lanzó a la yugular azulgrana como alma que lleva el diablo. No había rastro de Messi, ni de Xavi ni de Iniesta. Los que se dejaban ver eran Pepe, Khedira y los tres delanteros mencionados con anterioridad. Mourinho, sentadito él, sonreía. Estaba feliz. El Barcelona cortocircuitado y los suyos acercándose con más peligro a la meta de Pinto.

La táctica de robar y salir, la que tantas veces ha usado el Madrid esta temporada, se le atragantó al Barcelona. Tanto que Pinto tuvo que tirarse al suelo en más ocasiones que Casillas para evitar el gol de los blancos. Lo hizo en un latigazo de Cristiano algo escorado pero que llevaba la misma pillería que CR7. Fue el primero de los sustos que se llevaron los de Guardiola, que vieron encoger sus corazones en un testarazo a lo Santillana de Pepe que no sacó ni Pinto ni ningún defensa. Sólo ese elemento puesto para entorpecer llamado poste impidió que el Madrid acudiera al gong del descanso con una ventaja más que merecida. El Madrid era el Madrid y el Barça no era el Barça. Lo mejor para los de Mourinho, las sensaciones. Lo peor, de largo, el resultado.

FICHA TÉCNICA.


FC BARCELONA 0: Pinto; Alves, Mascherano, Piqué, Adriano (Maxwell, min.118); Busquets (Keita, min.107); Xavi, Iniesta; Pedro, Messi (Afellay, min.105) y Villa.

REAL MADRID 1: Casillas; Arbeloa, Sergio Ramos, Carvalho (Garay, min.119), Marcelo; Khedira (Granero, min.104), Pepe, Xabi Alonso; Ozil (Adebayor, min.69), Cristiano Ronaldo y Di María.

GOL: 0-1, min.102, Cristiano Ronaldo.

ÁRBITRO: Undiano Mallenco (C. Navarro). Amonestó a Pedro (min.34), Messi (min.63) y Adriano (min.117) del FC Barcelona y a Pepe (Min.26), Xabi Alonso (min.59) y Adebayor (min.73), del Real Madrid. Expulsó a Di María (min.86 y 120) del Real Madrid.

ESTADIO: Mestalla. Lleno, 50.000 espectadores.

Y es que se veía venir que el despliegue físico de los blancos era descomunal. De otro mundo. Y éste tenía que menguar con el paso de los minutos. No de forma alarmante pero sí descendente. Cristiano ya no presionaba tan arriba ni el trivote llegaba casi a la altura de la zaga culé a echar el aliento. Era el turno de ataque del Barcelona y de defensa del Madrid. Los boxeadores seguían estudiándose pero los blancos estaban más cercanos al KO de lo que deseaba su gente.

El parapeto del Madrid en el partido y uno de los grandes artífices del título volvió a ser Iker Casillas. El portero de Móstoles de interpuso entre Messi y la red en un primer lanzamiento y, posteriormente, entre Iniesta y una red que tenía ansia de recibir el balón. Un guante decisivo que acercó un paso la resistencia blanca al asalto del título. La prórroga parecía inevitable y eso que en un arranque de furia Di María tuvo un derechazo que Pinto sacó in extremis. El tiempo extra era un hecho. Y el cansancio aún más si cabe.

Era una prórroga para campeones. Para no esconderse. Y ahí apareció Cristiano Ronaldo. Una pared entre Marcelo y Di María acabó con un balón de oro de éste hacia la testa de CR7. El portugués se quedó enganchado del aire. Hizo honor a su nombre e impactó el cuero con toda la fuerza que el madridismo pudo darle. Fue la suficiente para que el balón superara a Pinto y se encontrara con una red que ardía en deseos de encontrarse con un gol del Madrid. Una diana que no sólo vale un título sino que también sirve para borrar de un plumazo ese gafe que, algunos decían, tenía el delantero blanco ante el cuadro culé. Patadón al discursito.

Al Madrid sólo le quedaba sufrir y gozar a partes iguales. Más oxígeno y pulmones. Corazón, en definitiva. El Barcelona ya nunca más pudo acercarse al guardián Casillas. El Madrid no le dejó. 18 años sin ganar esta Copa bien merecían un esfuerzo extra. Y éste llegó con un Di María reventado, un Cristiano más peleón que nunca y un Casillas que rejuveneció alzando la única gran copa que se le resistía. Un gustazo de victoria.