Quizás inspirado por un ataque de entrenador o tal vez obligado por las circunstancias, Guardiola ha vuelto a sorprender a propios y a extraños con el once inicial por el que ha optado para disputar la ida de la Supercopa de España, ante el Real Madrid en el Santiago Bernabéu.
Las molestias que Busquets y Piqué arrastraban desde el pasado choque de la selección han resultado tener más relevancia de lo que se imaginaba en un principio. Al menos eso es lo que se puede interpretar de la decisión tomada por Pep Guardiola, que ha dejado a ambos jugadores en el banco de cara al primer clásico de la temporada. Produce más impacto, si cabe, la ausencia de Xavi Hernández, eje habitual en la medular del conjunto azulgrana.
De esta manera, la zaga del Barcelona forma con un cuarteto que puede resultar descompensado, con Abidal y Mascherano como centrales y Adriano ocupando la banda izquierda. Novedoso también es el centro del campo, con la presencia de Thiago Alcántara que inaugura su lista de clásicos con este choque. En la parte ofensiva nos encontramos a Alexis Sánchez, el último refuerzo blaugrana que no ha tenido el mismo tiempo de preparación que sus compañeros.
Todos estos factores pueden desencadenar en la conclusión de que Pep Guardiola ha decidido reservar a jugadores para la vuelta. No quiere correr riesgos, aunque el mayor suicidio puede ser prescindir del equipo idóneo en el Bernabéu.
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