La consecución de la pasada Copa del Rey ha despertado entre la afición merengue un irrefrenable deseo de seguir saboreando victorias. Tras el injusto varapalo sufrida en la Supercopa ante el Barça y después de dejar sensaciones más que positivas en la pretemporada, equipo y afición han vuelto a ser uno en la fiesta del madridismo.
Y es que para los merengues, el Trofeo Bernabéu no era un acontecimiento más. Ni mucho menos. El Real Madrid es consciente de que alberga uno de los torneos con más prestigio internacional, aunque no se trate de un título oficial. Es por eso que José Mourinho había inculcado la necesidad de vencer al Galatasaray, y así afrontar de con más confianza el inicio liguero, algo que sus muchachos cumplieron a la perfección.
Tras el triunfo ante el cuadro turco, el conjunto de Concha Espina logró su vigésimo segundo título en el Trofeo Bernabéu, marca imposible de igualar por sus más cercanos perseguidores. El Bayern de Munich, viejo conocido para los de Chamartín, se ha alzado en tres ocasiones con la victoria, mientras que el Inter y el Milán comparten la tercera posición, con dos triunfos.
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