CR7 y el Madrid, líderes por goleada

Era tal el dominio blanco que, de no ser por el portero local, Roberto, la goleada pudo ser histórica, fuera de serie, pero a la media hora de juego, sin necesidad de teletransportarse al último minuto del choque. Antes de que la lata se abriera, Özil y Benzema se habían probado al portero maño, pluriempleado de la noche en los aragoneses.

La llegada del gol visitante era cuestión de tiempo. De poco tiempo. Fue en el minuto 23 cuando Özil sacó la escuadra y el cartabón para dibujar una asistencia que Cristiano transformó en el primero de los muchos que volverá a convertir esta temporada. La poca resistencia mañana que les quedaba a los de Aguirre, el luminoso, también se venía abajo. Como el resto de sus armas. La distancia no se amplió segundos después porque Muñiz Fernández pecó de ojeras al no ver una mano descarada de Ponzio a remate de Cristiano. Una gran metedura de pata del trencilla.

Sin embargo, ni Muñiz ni el portero Roberto, que seguía haciendo lo que podía, evitaron que el Madrid no siguiera concentrado en buscar su próximo objetivo, el segundo gol. No pasaron más que unos minutos para que, en una jugada colectiva enlazada en la misma frontal del área visitante, Ramos le pusiera un balón a Marcelo y éste lo ubicara en el lugar preferido del balón, la red de la portería. El 0-2 era una realidad y el olor a goleada planeaba sobre una Romareda más que resignada a su suerte.

Y no era para menos. La voracidad del Madrid no se aplacó ni un segundo tras la reanudación. Y eso que Benzema perdonó un mano a mano con Roberto en una repetición del que sí fue capaz de convertir hace unos días ante el Galatasaray. Ahí se salvó el Zaragoza, aunque fue el último respiro que se tomaron los maños. A partir de ahí, el aluvión de goles fue evidente.

Xabi Alonso demostró que no se le ha olvidado chutar a portería desde fuera del área. Ya lo hizo en la Supercopa y volvió a repetir suerte en Zaragoza con un golpeo envenenado por Meira que se tradujo en el 0-3 y la sentencia definitiva. No sería más que el comienzo de un correctivo propinado por el peso pesado al peso pluma. Cristiano Ronaldo hacía su segundo gol tras pase de Di María y la caída mañana ya era cuesta abajo y sin ningún tipo de freno.

A la fiesta blanca sólo le quedaban dos teclas por tocar para ser perfecta. Meter en canal a Kaká y que Cristiano empezara la temporada con un hat trick. Dicho y hecho. El brasileño hizo su típico gol dentro del área, con recorte a su pie derecho y zapatazo a la escuadra imparable para Roberto. Un abrazo colectivo lleno de energía recibió al ex del Milán en su celebración. Y para rematar la faena perfecta, Cristiano Ronaldo empujó el sexto de la noche, tercero en su cuenta particular, para cerrar un partido casi perfecto de los de Mourinho que pone a CR7 líder en la tabla de goleadores y al Madrid súper líder de la tabla en Primera División. Un comienzo de cuento.