Otro pinchazo que duele

El Madrid jugó un mal partido en Santander y no pasó del empate ante el Racing (0-0). Los de Mourinho no tuvieron ocasiones claras y se estrellaron contra la defensa local.





Mourinho alzó el puño y gritó revolución en Santander. A la francesa. Hasta seis caras nuevas en relación al equipo que inició el partido en Valencia hace un par de días. Varane y Callejón, los nuevos más sorprendentes, máxime porque para que ellos entraran se caían tanto Ramos como Di María, dos miembros de alto standing en la consideración del entrenador portugués del Real Madrid.

Pese al cambio de nombres, el Madrid no comenzó especialmente revolucionado. Todo lo contrario. Velocidad justita a la hora de mover el balón y muy poco acercamiento al área de Toño. Benzema y Cristiano Ronaldo se tenían que buscar la vida a 40 metros de Toño si querían rascar bola. Y es que los de  Mourinho apenas llegaban al área. La posesión era suya, sí, pero sin la mala uva necesaria como para inquietar a un Racing peleón y batallador, dos de las pocas características visibles en un equipo que no daba para mucho más.

FICHA TÉCNICA.

RACING 0: Toño; Francis, Álvaro, Bernardo, Christian; Tziolis, Papa Diop; Jairo Samperio (Adrián, min. 76), Ariel Nahuelpan, Óscar Serrano (Cisma, min. 63); Stuani (Munitis, min. 68).


REAL MADRID 0: Casillas; Arbeloa, Varane, Carvalho, Marcelo; Xabi Alonso, Lass (Kaká, min. 75); Cristiano, Özil (Higuaín, min. 67), Callejón (Di María, min. 46); Benzema.

ÁRBITRO: Fernández Borbalán (Colegio Andaluz). Amonestó a Stuani (min. 37), a Ariel Nahuelpan (min. 68), a Christian (min. 80) y a Munitis (min.85) por parte del Racing de Santander; y a Özil (min. 21), a Lass (min. 71) y a Carvalho (min. 92) por parte del Real Madrid.  

ESTADIO: El Sardinero (13.500 espectadores)

La ausencia de velocidad a la hora de mover el balón era una evidencia tanto para unos como para otros. El Racing estaba en su salsa esperando cualquier error del Madrid en el pase para tratar de ‘agijonarlo’ en algún contragolpe. Esto no sucedió porque Arbeloa tuvo un sprint milagroso para evitar que Iker sudara más de la cuenta. La mejor muestra de que el Madrid no estaba bien fue que hasta el minuto 45 no llegó el primer remate entre palos de los blancos. Fue un cabezazo suave de Callejón que detuvo Toño como lo hubiera podido hacer un niño de cuatro años por la escasa potencia del cuero.

Medio tiempo tardó Mourinho en dar entrada a Di María en el campo. El objetivo era darle velocidad a un equipo sin velocímetro pero ni por esas. Los de Mourinho se estrellaban constantemente contra la muralla del Racing. Ni por arriba ni por abajo lograban los blancos meterle mano al equipo cántabro. La impotencia era clara por parte merengue que, además, ni siquiera con funcionamiento individual conseguía acercarse a Toño.

Y es que el Racing utilizó la fórmula Levante a las mil maravillas. Presión constante a cualquier jugador del Madrid, repliegue máximo y esperar que la inspiración de las estrellas blancas no apareciera. Dicho y hecho. Ninguno de los delanteros del Madrid supo penetrar en el área del Racing. Fue un círculo vicioso que moría siempre en pérdidas de balón e imprecisiones varias. El resultado era lógico. Con un equipo que no quiso y otro que no pudo, el empate fue la respuesta. Un segundo tropiezo consecutivo que debe hacer reflexionar a más de uno.