Peligro: llega Pérez Lasa

Miguel Ángel Pérez Lasa birló tres penaltis a los blancos en Almería


Pérez Lasa, azote del madridismo.




En enero de este mismo año, el Real Madrid saldó con un empate a uno su duelo ante el a posteriori descendido Almería. Fue uno de esos encuentros que facilitaron el alirón del Barcelona. Si bien es cierto que el juego de los blancos no fue precisamente brillante, los pupilos de José Mourinho se encontraron con un enemigo inesperado.

Hasta en tres ocasiones de bulto erró el colegiado. Concretamente, fueron tres penas máximas no pitadas por Pérez Lasa que indudablemente tuvieron su peso en el marcador final. La primera se produce en el primer acto del choque, donde M’bami (ahora lejos del Almería, en las filas del conjunto chino Chahgchun Yatai) entorpece el paso a Mesut Özil dentro del área. Fue el menos claro de los tres y aún se le podía otorgar al árbitro el beneficio de la duda.

En la segunda mitad llegaron los tantos. Ulloa adelantó al Almería pero Granero firmó el empate, cuando aún quedaban 20 minutos para el final del encuentro. El destino le depararía todavía algunas desagradables sorpresas al conjunto de Mourinho. Primero, un forcejeo dentro del área de castigo de un defensor almeriense con Cristiano que termina con una patada al pie del luso. Pérez Lasa decidió, una vez más, hacer de Poncio Pilatos y lavarse las manos.

Pero el anticlímax estaba aún por llegar. En los últimos compases del encuentro Cristiano lanzó una falta unos seis metros fuera del área. La barrera, de manera lógica, estaba colocada dentro de la zona de castigo. El balón impactó en la mano de M’bami. Pérez Lasa pudo no haber pitado nada para no perder la costumbre, pero en esta ocasión sí lo hizo. Sin embargo, su decisión dejó anonadados (aún más), a los jugadores blancos: tarjeta amarilla para el defensor almeriense y falta fuera del área. Increíble. Para colmo de males, Cristiano estrelló un balón contra el larguero cuando el choque ya agonizaba.


El madridismo estrechará la vigilancia hacia Pérez Lasa, deseoso de que la historia no se repita de nuevo.