“Estas eliminatorias deberían seguir siendo a partido único en casa del más débil, porque es prácticamente imposible que a doble partido des la campanada. El optimismo, la ilusión y el hecho de competir no nos las quitarán nadie. Pero si le digo la verdad, tengo un poco de ganas de que se acabe esto para centrarnos en nuestro objetivo real”.
Así de claro lo tiene el entrenador de la Ponferradina, que a pesar de todo cree que su equipo competirá al máximo para ponerlo lo más difícil posible: “estos partidos no hace falta prepararlos. La motivación de los chavales tiene que ser máxima. Si tú ves el otro día el Albacete-Atlético, no sabes cuál de los dos juega en Primera. Tenemos que salir a divertirnos y competir”, apunta, explicando que si hay que jugar al límite los suyos lo harán: “el fútbol es de contacto, tendremos que jugar nuestras armas”.
Por otro lado, reconoce que nunca olvidará sus enfrentamientos con el Real Madrid como jugador: “marqué siete goles al Madrid y me acuerdo de todos. Estaba deseando que llegasen esos partidos porque no tienes nada que perder, en teoría es un rival superior y tienes que mentalizarte de que son partidos para disfrutar”, opina.
Aunque, tal y como confiesa, en su caso era especial por motivos extradeportivos: “era especial porque era mi equipo desde la infancia y en mi corazón. Mi padre siempre fue del Real Madrid y mi ídolo siempre fue Juanito. Era pura raza, un espectáculo. Transmitía al grupo carácter ganador”, finaliza, no sin antes alabar también al Barcelona: “a todos nos gustaría jugar como el Barça, pero es imposible”.
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