El ambiente del Madrid golea al culé

Mientras el vestuario merengue es una balsa de aceite, en Can Barça azotan los nervios





Los guiños entre futbolistas del Real Madrid se han hecho cada vez más comunes en los últimos tiempos. Mientras que en Barcelona cada uno va por su lado lanzando acusaciones, quejándose del árbitro mientras Guardiola pide que no se haga e inquietos con la tardanza del técnico en renovar, en la capital todo es un remanso de paz en el que la presunta polémica post-clásico se ha olvidado. Ya nadie duda de que todo lo que se dijo estaba fuera de lugar, y las demostraciones de cariño entre los compañeros y con el míster se suceden.

Es el caso de hombres como Albiol, que a pesar de no estar contando demasiado para Mourinho se sigue mostrando afable con sus compañeros, reaccionando con buena cara a las bromas de Arbeloa o Ramos en las redes sociales, a las que se ha tenido que sumar para contentar a sus compañeros. Casillas ya se sumó hace unos meses a esta tendencia, y ayer pudimos ver otra de las pruebas del buen ambiente que reina en el vestuario con las bromas de Sergio Ramos al capitán, que tuvo que ir al gimnasio a pesar de que no le hace demasiada gracia. Además, en cada entrenamiento se puede ver cómo no existen los famosos clanes en el vestuario.

Mientras tanto, en Barcelona se han cambiado los hábitos. Guardiola ya no es tan amable ni tan 'filósofo'. Los jugadores desconfían de él porque no ha renovado y porque ha comenzado a prohibirles cosas, tal y como hizo con un compromiso publicitario de Dani Alves. La sobreprotección a Messi ha calado hondo en el vestuario, y hasta el núcleo duro, los catalanes, se pregunta por qué el argentino merece un trato distinto que ellos. El ambiente está enrarecido en Can Barça. Nervios y tensión son la nota dominante, y eso se nota en el terreno de juego.