"El mejor momento para mí en mi carrera de entrenador ha sido en la que trabajé con jóvenes de 16 y 17 años en la cantera del Real Madrid, porque no solamente los formaba y los dirigía, sino que les educaba y les ayudaba con todos los medios posibles. Ese fue el periodo más feliz de mi vida como entrenador", destacó el seleccionador, que antes de entrenar al Real Madrid fue técnico de las categorías inferiores merengues.
Para Del Bosque, enseñar a esos futuros jugadores los valores del deporte e inculcarles cualidades como la humildad fue más importante que lograr títulos a nivel internacional: "Por encima de todo, los valores de la gente normal y humilde deben ser mantenidos. Los jugadores no deben olvidarse de donde vienen. Son valores para toda la vida. Después de todo, el fútbol es un reflejo de la vida misma", explicó.
Por otro lado, se refirió a la presión de haber dirigido al mejor equipo del mundo y a la mejor generación de futbolistas de España: "La experiencia ayuda y cuando has estado en un club como el Real Madrid en el que tienes que ganar cada partido, te habitúas a hacer frente a las exigencias. De alguna manera, te conviertes en un filósofo", concluyó.
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