La misión para los blanquiazules era realmente difícil, pues el Real Madrid había ganado 11 de los 12 partidos que había jugado en su casa en la Liga. Además, había vencido también en los tres encuentros que había disputado en el Bernabéu en la Liga de Campeones, así como en dos de los tres partidos jugados en la Copa del Rey. Las únicas dos excepciones a la norma correspondían al otro equipo catalán, el Barcelona. Por eso, Pochettino sabía antes del partido que puntuar en este campo pasaba por ser una utopía y un 'sueño', tal y como él mismo admitió en rueda de prensa.
Y lo cierto es que el Espanyol peleó e intentó sacar un buen resultado, pero acabó claudicando una vez más. En concreto, la tercera consecutiva después de que Pellegrini y Mourinho también lograran la victoria en las dos visitas periquitas anteriores. Son ya 16 los años que lleva el Espanyol sin ganar en el Santiago Bernabéu, por lo que sus visitas a este campo son ya una pesadilla en toda regla. Los catalanes no encuentran la forma de ganar en Chamartín, aunque por suerte conocen muy bien la manera de hacerlo ante el Barcelona. Y mientras así sea, el madridismo estará tranquilo.
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