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Hasta hace tres jornadas, el Real Madrid había encajado goles en nueve de las últimas once. Unas cifras que reducían en gran medida las posibilidades de un Casillas que, aun siendo el mejor portero del mundo, paga los errores defensivos del equipo con más frecuencia de lo que debería. De hecho, el capitán lleva sin conseguir el Zamora desde que se estrenó en dicho premio, en la temporada 2007-08, mientras que su principal rival, Víctor Valdés, lo ha conseguido en las tres últimas temporadas.
Sin embargo, los últimos partidos han supuesto una esperanza para que dicha hazaña pueda concretarse. Este Madrid no sólo quiere ser líder y llevarse el título de Liga, sino que quiere hacerlo siendo el máximo goleador y el menos goleado. Por el momento, se cumplen dos premisas: diez puntos de ventaja sobre el Barcelona y Cristiano Ronaldo como el pichichi del equipo más goleador (con doce goles de ventaja sobre los culés). Pero falta poner la guinda al pastel. Una guinda que Iker quiere poner y para la que el grupo quiere colaborar.
El de Móstoles lleva tres partidos consecutivos sin sacar un balón del fondo de su portería, mientras que Víctor Valdés ha encajado goles en los últimos cinco partidos. Concretamente, siete goles en esos cinco encuentros. Gracias a ello, la diferencia se ha ajustado tanto que a Valdés le ha entrado el 'canguelo'. Su defensa comienza a hacer aguas y, como dijo Maradona, ya comienza a verse que el catalán es un guardameta vulgar si su equipo no tiene una buena retaguardia por delante de él. A estas alturas, Iker ha encajado 21 goles y Valdés 19. Una diferencia de dos goles que podría quedar paliada en los próximos compromisos. El Zamora está muy cerca, tiempo al tiempo.
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