Cristiano apostó todo al rojo...y ganó

El portugués marcó dos goles al Betis que le dieron la victoria al Real Madrid en un partido muy complicado (2-3).





El madridismo estaba avisado antes de visitar el Villamarín, el Betis es un equipo especial. No sólo por su gente y su afición, sino porque el equipo de Pepe Mel tiene una forma de jugar algo distinta a la que lo suelen hacer los rivales del Real Madrid. Y es que los verdiblancos salieron a intentar comerse a los blancos a base de pulmones, mordiscos y contragolpes. Las armas con denominación de origen Pepe Mel.

A pesar de que la salida de los blancos no fue mala, con tiro incluido de Cristiano Ronaldo que atrapó con seguridad Fabricio, el Betis daba sensación de peligro cada vez que robaba. De hecho, la táctica de presionar arriba para tener lo más cerca posible la portería de Casillas es una práctica muy habitual del Real Madrid con sus oponentes. El cazador cazado se podía decir. Máxime cuando en una jugada rápida por la banda y control más que dudoso, no por la calidad del mismo, sino por el más que evidente comodín del brazo para bajar la pelota, el Betis le cruzaba la cara al Real Madrid con un golpeo de Molina. Era el gol soñado por el Betis, el que habrían soñado durante la semana. Eso sí, a los blancos lo de remontar tampoco les pillaba de nuevas. De hecho, la reacción de Mourinho en lugar de señalar algún culpable fue levantar los brazos y dar ánimos. El luso sólo veía un pellizco, el Villamarín un gancho al estómago.

El Betis se movía en estampidas, el Real Madrid intentaba serenar y atacar, por este orden. No terminaba de domar a la bestia. El Betis no se dejaba y Kaká y Özil se buscaban, pero apenas se encontraban. También es cierto, que los blancos tienen ese sistema de hacer gol de la nada. Y esa nada pasa por los pies de Özil y acaba en los de Higuaín, lo primero que se puede encontrar uno es una jugada de gol. Y así fue. Un balón al hueco de Özil, con carrera de Higuaín contra el portero, y latigazo junto al palo. Una obra de arte en forma de gol a pocos toques. Si el gol del Betis marcaba su estilo, el del Madrid también era fiel reflejo de uno de los ecosistemas en los que mejor se mueven los blancos.


Antes de la campana del intermedio, tanto uno como otro tuvieron la ocasión de enganchar a su rival en el mentón. El Betis lanzó una falta contra el larguero, mientras que Cristiano Ronaldo e Higuaín se vieron muy cerca del 1-2 en un golpeo que impactó en Fabricio, y en otro que se marchó alto, respectivamente.

Ficha técnica

Betis 2: Fabricio; Nelson, Paulao, Dorado, Nacho; Beñat, Iriney (Cañas 76'), Salva Sevilla (Santa Cruz 73'); Jeff Montero, Rubén Castro y J. Molina (Pozuelo 65')

Real Madrid 3: Casillas; Arbeloa, Sergio Ramos, Pepe, Marcelo; Khedira, Xabi Alonso; Kaká (Granero 74'), Özil (Benzema 88'), Cristiano Ronaldo e Higuaín (Callejón 77').

Goles: 1-0 Molina (9’), 1-1 Higuaín (25’), 1-2 Cristiano Ronaldo (51’), 2-2 J.Montero (54’), 2-3 Cristiano Ronaldo (72’)

Árbitro: Iturralde González. Amonestó a Iriney, Kaká, Higuaín y Arbeloa. El colegiado tuvo que ser sustituido en el descanso por lesión. En su lugar, el segundo acto lo pitó Gorka Sagués.

Estadio: Benito Villamarín (53.000 espectadores).

Precisamente goles es lo que no iba a faltar en la segunda parte. Y ahí el que se coronó fue Cristiano Ronaldo. En primer lugar, en un balón dejado por Marcelo, el portugués hacía el primero de su cuenta particular. Ese 1-2 parecía suponer el principio del fin para el Betis. Y es que el Madrid cuando remonta, remonta de verdad. Sin embargo, esta vez ese gol no fue el decisivo. Hugo uno posterior que sí que lo fue.

Si ese gol de CR7 no fue el de la puntilla fue porque el Betis aprovechó otra de sus armas, el juego aéreo para descomponer a los blancos. Un mal despeje de Arbeloa al intentar controlar un balón, le dejó el balón tan a huevo a J.Montero que éste no tuvo más remedio que clavarlo en la portería. Fue una especie de penalti con el balón en movimiento. Ni 10 porteros lo hubieran parado, tampoco Casillas. Tocaba volver a sacar el remo y cruzar las aguas bravas andaluzas.

Pese a ello, a este Madrid es evidente que le van las emociones fuertes. Con el Villamarín entregado intentando salvaguardar ese 2-2, a los blancos les tocó exprimirse como limones. Si había algún conato de pensamiento en el CSKA, el Betis lo estaba borrando de un plumazo. Mantener ‘muerto’ al Barcelona en la Liga dependía, en gran medida, de no pinchar en Sevilla. Si la cosa iba a de armas, los de Mourinho tuvieron que tirar de tres de sus mejores herramientas para fabricar el gol del triunfo. Los artífices fueron Özil, en el papel de sacador de esquina, Sergio Ramos, en el de primer rematador de cabeza, y Cristiano Ronaldo, en el de depredador del área para fusilar el rechace del portero. Entre los tres firmaron el orgasmo del fútbol, el gol. Un gol valioso en puntos y en sensaciones. El líder lo sigue siendo, al menos mantendrá la ventaja, y resta una jornada menos. Y Cristiano sigue opositando al Óscar en forma de Pichichi y Bota de Oro. Todo ello ante un gran Betis. La noche fue redonda.