Y es que se me viene a la mente la recaída que, hace unas semanas, tuvo Di María cuando salió a jugar media hora ante el Racing de Santander. Es verdad que el tiempo que ha estado parado Benzema es mucho menor que el del argentino (que tan solo ha jugado un partido en lo que llevamos de 2012). Y es cierto además que el riesgo de lesión es menor para un jugador que sale como titular que para otro que sale desde el banquillo en la segunda parte. Pero forzar a Benzema ante un rival como el CSKA de Moscú me parece ciertamente innecesario. Con todo el respeto para los rusos, creo que con el 1-1 traído de Moscú y, sobre todo, con lo intratable que se ha mostrado esta temporada el Real Madrid en casa, sólo habría que poner en el campo a Benzema en el hipotético caso de que la eliminatoria se pusiera cuesta arriba (algo que difícilmente va a pasar).
A esto hay que añadir que, para meter a Benzema en el once titular, hay que sacar del once a alguien que, casi con toda seguridad, estará en mejor condición física que el delantero galo, que lleva parado las tres últimas semanas. ¿Y a quién quitas? ¿A Higuaín, ahora que vuelve a sonreir y a ver portería? ¿A Kaká tras su exhibición en el último partido en el Bernabéu ante el Espanyol? ¿A Özil, indiscutible a lo largo de la temporada? Suena inverosímil, y más en un Mourinho que no es de hacer experimentos a la hora de encarar las grandes citas (exceptuando, eso sí, su ataque de entrenador en el partido de Copa ante el Barça en el Bernabéu).
Siendo sinceros, Benzema ha demostrado a lo largo de la temporada que está años luz por delante de Higuaín. Él debe ser el delantero centro titular del Madrid en los grandes partidos de aquí a final de temporada. Y si Mourinho corriera el riesgo de que el francés pudiera recaer de su lesión ante el CSKA me parecería de una irresponsilidad tal que el madridismo jamás perdonaría ese error al portugués. Ante el CSKA debe jugar Higuaín. En la final de Champions, sin lugar a dudas, me quedo con Benzema.
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