Cristiano lidera al Real Madrid para pasearse en Pamplona

El Real Madrid sacó lo mejor de su repertorio para machacar a Osasuna de la mano de un sensacional Cristiano Ronaldo (1-5).





Al Real Madrid no le hizo falta ponerse una alerta en el móvil para darse cuenta que en Pamplona no le iban a recibir a un hermano. Tampoco para tener claro que salir despierto desde el arranque era tan importante como un buen final. Todo estaba en la cabeza de los jugadores y de Mourinho, que sabían que se jugaban la ventaja matemática y psicológica para hacerse con el campeonato. Lo bueno es que el Madrid salió con los ojos como platos, como el perro que cuida la casa por orden y mandato de su señor.

Con los tres tenores arriba, Cristiano, Benzema e Higuaín, el Madrid asustaba desde la alineación. Nada de meter a Coentrao en el medio ni de experimentos raros. Si hay un equipo ofensivo en el Real Madrid seguramente sea el que planteó Mourinho en el Reyno de Navarra. Juntar tanta calidad en los metros finales suele dar rédito. No siempre pasa, pero jugar a la quiniela con la opción de meter dobles y triples suele ser más rentable, o por lo menos suele acercar más al objetivo, rascar algo de pasta. Eso fue lo que hicieron Cristiano Ronaldo y Benzema, cuando la gente todavía estaba tomando asiento entre insulto y recuerdos a familiares cercanos de los jugadores madridistas. Una internada por la izquierda de Cristiano con centro pasado al segundo palo encontró una sacudida genial de Benzema. Al primer toque, sin dejarla botar y rozando la escuadra. Si buscan en el diccionario del deporte la palabra golazo probablemente aparezca la imagen del gol de Benzema. Para verlo repetido y llevarse las manos a la cabeza cada vez que lo pasen por televisión.

El gol no le sentó nada bien a Osasuna, todo lo contrario. Los navarros se veían impotentes ante un Madrid cómodo con el balón en los pies y especialmente inspirado a la hora de buscarle las cosquillas a la zaga local. Para colmo, Cristiano parecía especialmente feliz con el balón y con sus botas de reciente estreno. Probó varios golpeos de gran nivel, hasta que pegó el petardazo desde 35 metros. Aprovechando el efecto que toma el balón cada vez que lo acaricia, CR7 se inventó un gol plagado de colocación y fuerza. Si el de Karim había sido un golazo, Fernández también apuntaba el de Cristiano como uno de los imparables de su carrera. Poco después fue Higuaín el que pronunció aquello de ‘no hay dos sin tres’. Un balón en largo le permitió presentarse delante del portero local. Fernández aguantó de pie, esperando un tiro fuerte, pero Higuaín también quería entrar en la pelea por el gol de la jornada, así que lo adornó elevando el balón por encima del portero. Si Pamplona era una caldera, el Madrid había puesto tres cubitos de hielo uno tras otro sobre el incendio.


OSASUNA 1: Andrés Fernández; Roversio (Echaide, min.82), Flaño, Sergio, Damiá; Puñal, Nekounam, Raoul Loe (Lekic, min.46), Álvaro Cejudo (Lamah, min.61); Raúl García y Nino.

REAL MADRID 5: Casillas; Arbeloa, Ramos, Albiol, Marcelo; Xabi Alonso, Granero, Ozil (Di María, min.80); Cristiano, Benzema (Varane, min.85) e Higuaín (Coentrao, min.78).

GOLES: 0-1, Benzema, min.7. 0-2, Cristiano Ronaldo, min.37. 0-3, Higuaín, min.40. 1-3, Nino, min.48. 1-4, Cristiano Ronaldo, min.70. 1-5, Higuaín, min.76.

ÁRBITRO: Muñiz Fernández (C. Asturiano). Amonestó a Sergio (min.4), Andrés Fernández (min.70), Lamah (min.90), parte de Osasuna, y Sergio Ramos (min.20), por parte del Real Madrid. Además, expulsó a Mendilibar por roja directa (min.11), y a Lamah por doble amarilla (min.90).

ESTADIO: Reyno de Navarra (19.000 espectadores)

Que Osasuna marcara un gol en uno de los pocos despistes de la defensa del Real Madrid en el partido fue tan anecdótico como sorpresivo. Nino le ganó la espalda a Arbeloa, y cabeceó a la red de Casillas. Fue como el pisotón de un niño a un adulto, hasta gracioso, aunque seguramente a Mourinho no le gustó un pelo que los locales pudieran meterse en el partido con un regalo más propio de los meses de diciembre o enero que del mes de las castañas, futbolísticas se entiende, como marzo.

A pesar de ese gol se veía que no iba a ser el típico partido de Pamplona en el que el Madrid sufriría. Hoy todo estaba en orden, y ni Osasuna ni su gente se atrevían a pronosticar remontada, o al menos conato de acercamiento en el marcador. Mucho menos cuando Cristiano Ronaldo volvió a sacar el cañón a pasear para, en un lanzamiento de falta, sellar ahora sí la defunción de Osasuna en el encuentro. El balón rozó en un jugador de Osasuna y entró manso en la red. Se notaba que era el día de CR7.

El festival de Cristiano no se tradujo sólo en goles, sino también en la faceta para asistir a sus compañeros. Si en el primer gol fue Benzema el que hizo caviar de un centro de Cristiano, en la despedida y cierre del marcador fue Higuaín el que le puso cabeza a otro gran envío con la izquierda del luso. Si habláramos de baloncesto, Cristiano se iba a los dos goles y dos asistencias, una valoración de cuatro puntos positivos. Osasuna se rindió a la evidencia, el líder había sido un avión, y el capitán del vuelo, CR7. El Real Madrid vuela en primera porque siempre ha habido clases, y desde arriba todo se ve excepcionalmente bien ¿O no?